Nuestra Señora de la Esperanza se nos presenta vestida para sus cultos de regla de diciembre con la saya bordada por Olmo en 1918 siguiendo diseño trazado por José Recio del Rivero y que igualmente lució en el gran momento histórico de su coronación canónica pontificia el 2 de junio de 1984, el manto ejecutado por el taller de Caro en 1994 con dibujo de Juan Antonio Borrero Campos, y la toca que las hermanas Martín Cruz realizasen en 1965. Se completa su vestimenta con un tocado de encaje de aplicación de Bruselas. Porta sobre sus sienes la presea de oro con la que fue coronada, y en el pecho luce el puñal de oro y oro blanco que hiciese para Ella su antiguo vestidor Fernando Morillo en 1964, el corazón traspasado por una espada obra del mismo autor citado en 1972, quien también creó el ancla que tiene rematando este conjunto de joyas, pieza elaborada con oro, perlas y esmeraldas en 1963; y entre otras piezas, en su mano izquierda lleva la Esperanza la flor de plata de la recordada Operación Clavel que le donó el inolvidable locutor y hermano de la hermandad Bobby Deglané, pendiendo de esta misma articulación el salvavidas de oro que ofrendase la familia Anillo González, y en el fajín de teniente general, que perteneció al almirante y capitán general del Departamento Marítimo Guillermo Díaz del Río y Pita de la Veiga y fue donada en 1955, se engarza la medalla de oro de la Asociación de la Virgen de los Reyes, Patrona de Sevilla y su Archidiócesis. Excepcionalmente, la Esperanza aparece sobre su actual peana de salida, obra de Villarreal en 1962 y recientemente restaurada por el taller de orfebrería de Ramón León e hijo.
Por otra parte, y como viene siendo costumbre en nuestra hermandad con motivo de estos cultos en honor a Nuestra Señora de la Esperanza por la festividad litúrgica de la Expectación del Parto, se monta cada ecuador de diciembre un gran aparato de cultos para la celebración del triduo y función de besamano a nuestra titular mariana, si bien en este año marcado por la situación sanitaria aún vigente que ha generado el Covid-19 se ha sustituido el referido besamano por un acto de veneración especial, tratando de acercar la Virgen a los devotos y fieles en general en la medida de lo posible.
Para el montaje, que ha sido diseñado por nuestro hermano y asesor artístico José Ignacio Sánchez Rico, con la supervisión de la comisión artística y la aprobación del equipo de priostía, se ha optado por hacer una alegoría a la Sagrada Familia, escena muy adecuada por el tiempo de Adviento en el que nos encontramos, siendo la fiesta que se conmemora concretamente el último domingo del año. Para ello, se ha situado en el camarín de la Señora el lienzo que posee nuestra corporación sobre dicha iconografía que procede del legado de quien fuera canónigo y capellán real, además de director espiritual de nuestra archicofradía hasta su óbito, don José Sebastián y Bandarán, gran devoto de la Esperanza, a la que legó algunos de sus bienes, hallándose enterrado, por expreso deseo personal, a las plantas de la que es Reina, Madre y Capitana.
Esta pintura de la Sagrada Familia es una copia antigua de una obra de Murillo que se encuentra en la National Galery de Londres. Enmarcándola, se ha colocado una orla floral inspirada en las típicas de las creaciones pictóricas barrocas holandesas.
Sobre el retablo mayor de la capilla de los Marineros se ha dispuesto un plan de altar compuesto por candeleros y candelabros de muy variados estilos, materiales, épocas y procedencias, algunos de los cuales han sido adquiridos por la hermandad en fechas recientes para completar su ajuar de culto interno. A ambos laterales del presbiterio se han ubicado unas credencias revestidas con los antiguos faldones de la custodia de asiento de nuestro Corpus Chico, y en ellas se contemplan bandejas, relicarios y enseres necesarios para la celebración de la Eucaristía. Así mismo, no faltan las ya clásicas y habituales lámparas de araña, evocando añejos altares de besamano en San Jacinto, anterior sede canónica de nuestra corporación hasta 1962.
El horario de veneración a la Santísima Virgen es de 10 a 19:40 horas ininterrumpidamente, excepto el domingo, 20 de diciembre, que culminará a las 14 horas.