Esperanza de Triana

Estudio Histórico-Artístico

Con motivo del terremoto de Lisboa de 1755 que arruina la Parroquia de Santa Ana, la Hermandad de la Esperanza, que residía allí desde 1736, inicia un largo y errático periplo por diferentes templos trianeros. Ante esta situación y gracias al traspaso mediante escritura pública en 1758 de dos casas en la calle Larga (actual Pureza) pertenecientes a la capellanía que en la parroquia de Santa Ana fundó Sebastián Bernal, la Hermandad decide la construcción de una capilla propia, consiguiendo en 1759 la licencia para iniciar las obras que duraron casi sesenta años.

Las dos casas las tenían a tributo perpetuo José Miguel Salgado, Fiscal General del Arzobispado, y Juan Gómez de Zúñiga. Zúñiga accedió a cederlas a la hermandad si sus hermanos asumían el coste de las obras de mejora y la anualidad, cosa que fue aceptada en la citada escritura. Para financiar las obras se hipotecaron a favor de esa capellanía una casa de juegos, que poseía la cofradía desde 1745, en la calle Harinas, 2000 onzas de plata de una manda testamentaria de 1749 y dos casas en la calle Peral (Triana) legadas por Josefa Barros en 1694. Pese a todo, la construcción de la capilla fue un largo y difícil proceso que no se culminó hasta 1815, fecha en que se trasladan las Imágenes desde el Convento del Espíritu Santo.

Existe una descripción de 1818 escrita por J. Matute y Gaviria, en la que dice de la siguiente manera: como de primorosa fábrica, decentes retablos, e imágenes ricamente adornadas. Más datos a este respecto nos lega Bermejo en 1882 al decir que la adornaban cinco altares, venerándose en el principal el Señor, San Juan y Santa María Magdalena, situándose la Imagen de la Virgen de la Esperanza en el retablo lateral del lado de la epístola más cercano al presbiterio.

En esta capilla reside la Hermandad hasta la expropiación por la junta revolucionaria en 1868. Las Imágenes se trasladaron en un primer momento a la casa nº 59 de la actual calle Pureza y, poco después, a la iglesia del Convento de San Jacinto donde permanecieron hasta 1962, fecha en la que volvieron a su antigua Capilla, después de comprarla de nuevo en 1940 a D. Jorge Welton.

Durante los 72 años en los que la Hermandad no pudo disfrutar de su propia Capilla, la iglesia tuvo diferentes usos como templo anglicano, cabaret, teatro, cine, depósito de corchos y almacén de carbones.

 

Arquitectura de la Capilla de los Marinero

Fachada

Sin contar con el diseño de la espadaña reformada en los años sesenta, la portada responde al modelo típico de la arquitectura de finales del siglo XVIII, fecha en la que se realiza la construcción de la mayor parte de la capilla. El arquitecto Aurelio Gómez Millán rediseña la fachada que actualmente conocemos, respetando gran parte de los elementos originales. En la hornacina central se colocó una imagen de la Inmaculada Concepción realizada en barro cocido por Antonio Illanes en 1962.

Actualmente la puerta principal la escoltan sendos retablos cerámicos de los titulares iluminados por artísticos faroles, realizados por la Empresa Nacional ElCano en 1962. El azulejo del Señor de las Tres Caídas es moderno, realizado por Emilio Palacios en 2013 a imagen y semejanza del de la Santísima Virgen, que es antiguo. Este retablo fue pintado hacia 1945 por Antonio Morilla para la fábrica el Carmen y ha sido donado en 2012 por el actual propietario del corralón de los artesanos de la calle Covadonga, que es donde anteriormente estaba colocado. Se da la curiosa circunstancia de que este retablo fue encargado por nuestro hermano José Ruiz Flores, porque en aquel tejar, que era de su propiedad, estuvo oculta la Virgen de la Esperanza durante los primeros días de la Guerra Civil.

Espadaña
La espadaña es resultado de la reforma a la que se sometió la Capilla a principios de los sesenta dirigida por Aurelio Gómez Millán. La fachada original del XVIII se completó con este airoso remate que sigue las trazas de Serlio y Palladio. Se compone de tres vanos que sustentan tres campanas, bendecidas el 11 de Marzo de 1962. En la parte superior, en el centro, se sitúa una cruz de forja y en los extremos laterales sendas jarras de azucenas del mismo material.

Nave central
Es la parte de la actual Capilla que se corresponde con el edificio original realizado a finales del siglo XVIII. Se trata de una nave de siete metros de ancho por veinte de largo, dividida en tres tramos, con una pareja de arcos a cada lado. Estos arcos la comunican con las naves laterales, fruto de la última ampliación realizada entre los años 2003 y 2010. Contiene un valioso artesonado, que pertenecía a la Iglesia del Colegio de Villasís de Sevilla y fue adquirido a los Padres Jesuitas. Es una rica pieza realizada en pino rojo con filetes dorados y adornos en talla. La Capilla presenta un coro alto a los pies, sustentado sobre un artesonado realizado con las vigas sobrantes de la techumbre. Bajo este coro existen dos puertas, que comunican con la tienda de recuerdos y con la galería que nos lleva a la sacristía.

Nave de San Juan
Es resultado de la primera fase de la ampliación de la Capilla, que tuvo lugar entre 2003 y 2006. Está situada en el lado de la epístola. Es de planta rectangular y se compone de dos tramos cubiertos por un techo raso con una altura aproximada de 5.50 metros. La cabecera la preside el altar de San Juan Evangelista. En su lateral derecho se sitúa el altar del Cristo de la Humildad y a los pies el retablo marco de la Coronación de la Virgen.

Nave del Santísimo Cristo de las Tres Caídas
Bastante compleja en planta, fue construida en la segunda fase de la ampliación, realizada entre el año 2008 y 2010. Engloba un primer tramo, en el que situamos la sacristía, que ha sido sometida a obras de mejora y ampliación durante el año 2014. A continuación un patio barroco del siglo XVIII, perteneciente a una de las casas anexionadas, para finalizar en la capilla del Santísimo Cristo.

El espacio que ocupa el Señor de las Tres Caídas está situado en el lado del Evangelio de la nave central, comunicado por un arco con la misma. Es una nave en dos tramos: el primero se cubre con una bóveda de medio cañón y el segundo, el que se corresponde con el presbiterio, por una bóveda de crucería simple rematada por una linterna.

En el lateral derecho de la misma se encuentra el pasillo que comunica con los accesos a los camarines del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y de Nuestra Señora de la Esperanza, situándose en el izquierdo el columbario para los hermanos difuntos.

En el presbiterio, se encuentra la Sagrada Imagen del Santísimo Cristo de las Tres Caídas en un retablo diseñado por Manuel Guzmán Bejarano.

 

Imágenes secundarias en la Capilla de los Marineros

Cristo de la Humildad y Paciencia, hacia 1700
Imagen anónima de madera tallada y policromada de tamaño natural, realizada, según los estudios, hacia 1700. Hay constancia de ella en la Hermandad al menos desde mediados del siglo XIX, ya que Bermejo la cita en su inventario de 1868, aunque confunde su iconografía con el momento en que el Señor es atado a la columna.

San Telmo, s. XVII
Imagen de madera policromada del siglo XVII, los estofados que presenta se deben a una remodelación de finales del siglo XVIII, ya que los originales cuya cata podemos ver en la espalda han aparecido en su última restauración. Esta imagen procede de la hermandad de la Virgen de Guía, formada también por Marineros y que se trasladó en 1816 a esta capilla de los Marineros desde el convento del Espíritu Santo.

San Antonio, s. XX
Imagen de tamaño académico, obra de los talleres de Arte Cristiano, de Olot . Realizada en pasta policromada, fue donada por la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla, por mediación de don José Sebastián y Bandarán.

Crucificado de Algueró, 1907
Situado en el Presbiterio en el lado de la epístola, fue el regalo de bodas de S.M. la Reina María Cristina a los Infantes Don Carlos y Doña Luisa, quien fuera Camarera Honoraria Perpetua de la Santísima Virgen de la Esperanza. Fue donado por su capellán, don José Sebastián y Bandarán, a la Hermandad tras la reapertura de la Capilla en 1962. Está realizado en madera policromada por el escultor Algueró, en Madrid, en el año 1907.

Crucificado de los Humildes y Abandonados, s. XVI
Probablemente se trata de una imagen realizada en la técnica de papelón de finales del XVI o principios del XVII, muy restaurado. Actualmente se encuentra situado en el coro de la Capilla y fue donación de la familia Torres Carriazo.

Niño Jesús Montañesino, S. XVII
Obra anónima del siglo XVII, de escuela sevillana, realizada en madera tallada y policromada.

Niño Jesús Pasionario, 1987
Obra de Luis Álvarez Duarte en madera tallada y policromada.

Bienes muebles

Retablo Mayor de Nuestra Señora de la Esperanza, 1717

El Retablo, procedente del Convento de la Merced de Osuna, ha sido documentado desde el año 1998 como obra de Francisco María Ceiba. En el contrato, fechado el 26 de septiembre de 1716, aparece la firma del autor, que se compromete a su realización. Fue donado por el maestre escuela de la Colegial de Osuna, don Alonso Guerrero Chamizo, con un coste de 12.000 reales de vellón. Realizado en madera de pino de Flandes, fue dorado a partir de 1736 por el sevillano Manuel de Pineda, por un coste igualmente de 12.000 reales de vellón, siendo donado su importe el Maestre Escuela de la Colegial, don José Clavijo.

Pudo adquirirse a causa del hundimiento de la techumbre de la iglesia del convento, lo que hizo peligrar la integridad de la obra. Pese a las reticencias ante la negativa de que saliera de Osuna, gracias a la mediación del Excmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Bueno Monreal, finalmente pudo adquirirse por la Hermandad el día 8 de septiembre de 1964, mediante un decreto en el que se concedía el retablo en propiedad a la Hermandad de la Esperanza por una cantidad simbólica de 50.000 pesetas.

Fue bendecido el 23 de Mayo de 1965 por el Cardenal Bueno Monreal, después de haber sido restaurado por el dorador don Antonio Sánchez González y el tallista Manuel Guzmán Bejarano.

El retablo se compone de banco, cuerpo de tres calles y ático o remate semicircular. Toda la superficie del altar presenta gran cantidad de ornamentación, tanto vegetal como geométrica, así como un elevado número de pequeños ángeles y cabezas de querubines. En el banco sobre la mesa de altar se encuentra el Sagrario, decorado por un relieve de Cristo Redentor y a los lados del mismo esculturas de Santa Bárbara y santa María Cervellón. En la calle central, presidiendo el retablo, encontramos el camarín de la Santísima Virgen y en las calles laterales, entre estípites y sobre ménsulas, observamos esculturas de San Pedro Nolasco (izquierda) y San Ramón Nonato (derecha). Sobre ellos pequeños medallones con bustos de Santos.

El ático sigue la compartimentación tripartita del cuerpo, ubicándose en los extremos las esculturas de San Pedro Armengol (izquierda) y San Pedro Pascual (derecha). La parte central está presidida por un relieve de Dios Padre bendiciendo y a los lados del relieve pequeños tondos con santos. El coronamiento se resuelve con una cartela con el escudo de la Hermandad sostenida por una pareja de ángeles tenantes. Toda la decoración escultórica del retablo, realizada en torno a 1717, está relacionada con la Orden de los Mercedarios.

Retablo del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, 2012

 

Retablo diseñado en 2001 por Manuel Guzmán Bejarano y realizado por su hijo Manuel Guzmán Fernández. Comenzó la talla en el año 2004, siendo bendecido el 5 de Octubre de 2012. Es un altar realizado en madera de cedro, con una altura de nueve metros por siete de anchura que está inspirado en la retablística sevillana de la primera mitad del siglo XVIII.

Consta de mesa y banco de altar, delimitados por postigos laterales. El cuerpo principal se divide en tres calles por medio de cuatro grandes estípites soportados por ángeles atlantes. La hornacina del Señor la enmarcan estípites de menor tamaño y termina en un medio punto rematado por una potente cornisa, que se curva en su parte central invadiendo el ático, que tiene forma de arco rebajado. Está culminado con un gran medallón a modo de altorelieve, que se está realizando en el taller de Lourdes Hernández. En el mismo se encuentra representada la Virgen de los Mareantes, que preside el cuarto del Almirante del Alcázar de Sevilla, por ser hombres de la mar quienes fundaron la Hermandad de las Tres Caídas de Nuestro Señor Jesucristo. Es de destacar la magnífica y valiente labor de talla, llena de motivos vegetales, cartelas con relieves escultóricos y guirnaldas.

Retablo de San Juan Evangelista

Procede de un retablo, del primer tercio del siglo XVIII, que presidia la capilla de la Venerable Orden Tercera del convento de San Antonio de Padua de Sevilla. Fue adquirido en 1950 por don Luis Alarcón de la Lastra, Conde de Gálvez, siendo donado en 1962 a la Hermandad de la Esperanza con la intención de que albergara a la Santísima Virgen. Sin embargo, debido a sus reducidas dimensiones para ocupar el espacio central de la Capilla, se decidió reducirlo y adaptarlo para que albergara, en sendos retablos, al Santísimo Cristo de las Tres Caídas y a San Juan Evangelista, reforma que realizó Manuel Guzmán Bejarano.

Con motivo de las obras de ampliación de la Capilla, fueron desmontados y de nuevo instalados en su interior, entre los años 2010 y 2012, en un espacio más pequeño por lo que de nuevo tuvieron que ser readaptados y dorados por Manuel Verdugo en los Talleres el Carmen.

En el retablo de San Juan Evangelista se ha utilizado la hornacina central que, hasta 2008, cobijó al Santísimo Cristo de las Tres Caídas. Está rematada por un arcosolio tallado por Guzmán Bejarano en 1965, que anteriormente se usaba para enmarcar la pintura de la Coronación de la Virgen.

Retablo del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia
Está realizado con gran parte de las piezas del antiguo retablo que cobijaba al Santísimo Cristo de las Tres Caídas.

Retablo de la Virgen del Carmen o de las Ánimas Benditas, 1964
Pintura realizada por Juan Antonio Rodríguez en 1964 y retablo marco de Manuel Guzmán Bejarano y dorado por Antonio Sánchez González. Fue restaurado por Talleres el Carmen en 2012.

Retablo de la Coronación de la Virgen, 1965
Pintura realizada por Juan Antonio Rodríguez, inspirada en la célebre obra de Velázquez, encuadrada en un retablo marco de Manuel Guzmán Bejarano dorado por Antonio González en 1965.

Retrato del Papa San Juan Pablo II

Realizado por Juan Antonio Rodríguez en Diciembre de 2012. El motivo de incluir esta pintura en la Capilla fue para rendir homenaje al Papa que dispuso, por Bula Pontificia, la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Esperanza. La réplica en plata de la Bula se encuentra situada a los pies del cuadro que representa al Santo Padre.

Lienzo de la Sagrada Familia
Es una copia, probablemente del siglo XIX, de un original de Murillo conservado en la Galería Nacional de Londres. Procede de la donación de Don José Sebastián y Bandarán. Está situado a los pies de la nave central, bajo el coro.

Lienzo representando a Cristo con Santo Domingo
Fue donado por Don de José Sebastián y Bandarán en 1962. Es una obra de finales del XVIII o principios del XIX. Está situado a los pies de la nave central, bajo el coro.

Via Crucis cerámico, 1963
Bendecido en 1963, fue realizado en la fábrica de Cerámica Santa Ana de Triana dirigido por el prestigioso ceramista Antonio Kiernan. Es una obra donada por su propietario, y hermano de la Hermandad, Enrique Rodríguez García.

Lampareros de plata del Presbiterio
Sobre unos pescantes de forja, realizados en San Fernando en el arsenal de la Carraca por la Empresa Nacional ElCano, cuelgan cuatro lámparas de plata. Una de ellas, regalo de la Hermandad de la Macarena con motivo de la Bendición de la Capilla de los Marineros en 1962, tiene repujado el escudo corporativo de la corporación de la Madrugada.

Lámpara de araña de cristal, nave central
Lámpara de gran tamaño de cristal, de la Granja de San Ildefonso, perteneciente a la desaparecida Cafetería Britz de la calle Tetuán de Sevilla.

Lámpara holandesa, coro

Lámpara de considerable tamaño, realizada en bronce siguiendo el modelo barroco holandés.

Reja del Presbiterio, Altar Mayor
Regalo de la Marina en 1962, fue realizada en San Fernando en el Arsenal de la Carraca por la Empresa Nacional ElCano, siguiendo el diseño de los varales del palio de 1937. Éstos, realizados por Ferrer y probablemente diseñados por José Recio del Rivero. Están inspirados en las rejas del coro y del Altar Mayor de la Catedral de Sevilla.

Lápida funeraria de D. José Sebastián y Bandarán
En 1987 fueron trasladados, desde el cementerio de San Fernando, por expreso deseo testamentario de reposar a los pies de la Virgen de la Esperanza, los restos del Sacerdote, Canónigo, Capellán Real y Director Espiritual de la hermandad desde 1923 hasta su muerte en 1972, y que fue uno de los principales valedores de la Hermandad a lo largo de su extensa historia.