El fajín de Teniente General es una pieza de 409 centímetros de longitud realizada en tejido de punto a dos agujas de color rojo, y contiene dos elementos fundamentales en este tipo de enseres como son los pasadores y las borlas. En este caso se encuentran tres pasadores bordados a cada lado donde se intercalan hilos de camaraña bordados y canutillos, y ello es lo que señala que quien lo lucía tenía el rango de Teniente General. En las borlas se aprecia una especie de cartela ovalada con el número trece en romano “XIII”, fundiéndose con una letra “A”, lo que indica que el militar que le donó el fajín a la Virgen era de la brigada de Alfonso XIII. En la otra cara se encuentra otra cartela ovalada en la que se ve una corona de laurel y en su interior se cruzan un sable y un bastón de mando. Según la técnica y los materiales empleados se puede situar la fecha de ejecución de la pieza a principios del siglo XX, estimándose su entrega a la hermandad en torno a la década de 1950.
A la hora de realizarse su intervención por parte del conservador y restaurador José María Espinar Rodríguez, especialista en restauración textil, se acometió un estudio organoléptico inicial, hallándose la pieza en un estado de conservación muy deficiente al presentar una suciedad superficial, una oxidación de los hilos metálicos, lagunas y roturas en el tejido de punto y pasadores, desgastes en hilos metálicos y distintos elementos sueltos. Así pues, se procedió a aspirar el fajín con pinceles y brochas, e igualmente se han microaspirado las borlas y pasadores con una bomba de succión, limpiándose luego los hilos metálicos con disolventes que ofrecían un resultado óptimo, aplicando los mismos con hisopos y retirando los restos que quedaban con pequeñas brochas de pelo corto o material espumado. Por otra parte, los numerosos zurcidos que presentaba la pieza han tenido que ser eliminados ya que producían tensiones sobre el tejido de punto y podían generar más roturas. Así mismo, se han reintegrado las pérdidas que se hubieran producido en las zonas donde ha sido posible acometer esta labor, utilizando hilo de canutillo que ha sido previamente adaptado para conseguir disminuir el grosor del mismo. Para la fijación de lagunas y rotos del tejido de punto se ha empleado tul previamente teñido que se ha situado debajo de dichas zonas, si bien para las lagunas de mayor tamaño se han usado dos capas de tul situadas bajo la laguna y tras ser debidamente fijadas se ha empleado hilo de rayón previamente teñido. Y una vez finalizada la consolidación y reintegración del tejido de punto, se procedió a montar los pasadores en el mismo lugar donde se encontraban, fijándolos al tejido mediante puntadas de hilo de seda comercial.