Esperanza de Triana

XXV Aniversario de la Coronación

Casi sin solución de continuidad, los fastos del IV Centenario Fundacional de la Hermandad de las Tres Caídas se daban la mano con los propios de las Bodas de Plata de la Coronación de Nuestra Señora de la Esperanza, y así, en el mes de febrero de 2009, concretamente el día 23, la Real Parroquia de la Señora Santa Ana acogía un concierto de la Banda de Música Santa Ana de Dos Hermanas, con el que se llevaba a cabo la presentación del disco “Triana con su Esperanza”, dedicado exclusivamente a la titular mariana de la corporación, produciéndose durante el acto el estreno de la marcha “Viva la Esperanza de Triana” de Juan José Puntas y del poema sinfónico “Esperanza de Triana. La Corona. 25 años” del recientemente desaparecido José de la Vega.

Sin embargo, sería el mes de marzo de 2009 el que pasaría con letras de oro a los anales de la hermandad sin duda alguna, puesto que un numeroso grupo de hermanos viajó a la ciudad de Roma entre los días 10 y 14 para visitarla, siendo especialmente relevante la audiencia concedida por Su Santidad Benedicto XVI, teniendo el Hermano Mayor, Adolfo Vela, la oportunidad de estrechar las manos del Santo Padre, quien regaló en aquel encuentro un rosario para la imagen de la Santísima Virgen.

Durante todo este periodo, las Imágenes Titulares de la Hermandad seguían residiendo en la iglesia de Santa Ana debido a las obras de ampliación de la Capilla de los Marineros, si bien es cierto que la estación de penitencia de 2009 pudo realizarse desde la sede canónica.

En la mañana del 3 de abril, Viernes de Dolores, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, inauguraba la nueva rotulación de la antigua calle José María Martínez Sánchez-Arjona, que a partir de ese día se denominaría Esperanza de Triana. Así mismo, por la tarde y en la Parroquia de Ómnium Sanctorum, se celebró una eucaristía ante el paso de palio de la Virgen del Carmen en sus Misterios Dolorosos, que saldría por primera vez el Miércoles Santo, y la Hermandad de la Esperanza de Triana, tras aceptar el madrinazgo de la primera salida procesional de dicho paso, ofrendaba a la corporación carmelita una reproducción en plata de la Santísima Virgen para que fuese colocada en la calle central de la candelería.

Una vez pasada la Semana Santa, el 13 de abril, lunes de pascua, ante el paso de Nuestra Señora de la Esperanza y con la intervención del hermano y periodista José Antonio Rodríguez Benítez, se presentaba en la Capilla de los Marineros el cartel del aniversario, obra pictórica de gran valía artística que fue realizada por la profesora universitaria de la Facultad de Bellas Artes Isabel María Sola Márquez.

Poco tiempo después, el día 17, el salón de actos de la casa de hermandad acogía la presentación de la medalla conmemorativa de la efeméride, siendo su diseñador el hermano y orfebre Juan Borrero, encargándose de introducir el acto el hermano y periodista Juan Manuel Labrador. Ese mismo día se procedió también a la presentación de la agenda cultual y cultural con motivo del aniversario coronatorio, siendo el Teniente de Hermano Mayor, Alfonso de Julios-Campuzano, quien diese a conocer el programa que se desarrollaría hasta el mes de junio.

Tras regresar las imágenes titulares desde la Capilla de los Marineros hasta la Parroquia de Santa Ana, tuvieron lugar las dos primeras convivencias con hermandades, de esta manera, el 20 de abril fueron invitadas las de Triana, tanto de penitencia como de gloria, así como otras allegadas como son el Baratillo o el Divino Perdón del Parque Alcosa, mientras que el día 23 acudieron las que le rinden culto a la advocación de la Esperanza –incluyéndose entre ellas la del Sol y la Agrupación Parroquial del Señor de la Esperanza en el Puente del Cedrón– así como la del Carmen Doloroso.

Llegado el mes de mayo, el día 5 tuvo lugar la presentación del libro Salve, Esperanza Marinera, tratándose de una antología poética dedicada a los titulares de la Hermandad por parte de Manuel Garrido López. La obra fue presentada por el Promotor Sacramental, Carlos Rodríguez Díaz.

Durante los meses previos a la celebración del aniversario de la coronación, en los talleres de bordados “Santa Bárbara” se llevó a cabo la confección de la nueva saya que la Santísima Virgen de la Esperanza estrenaría con motivo de los cultos extraordinarios. Esta obra fue diseñada por el joven artista y hermano de la corporación Francisco Javier Sánchez de los Reyes, siendo el día 6 de mayo cuando fue bendecida en la Parroquia de Santa Ana.

El siguiente acto se desarrolló el 11 de mayo, la inauguración en el Ayuntamiento, y con la presencia del alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín, de la exposición titulada “Spes Nostra Salve”, que se caracterizó por lo peculiar de la muestra, al disponerse los distintos enseres a lo largo de diversos escaparates de comercios de la calle Sierpes, si bien en el patio del consistorio conocido como el de “las portadas”, se expusieron la pintura original del cartel del XXV aniversario, el manto de salida de 1947 realizado en el taller de José Caro y denominado popularmente como el de “los dragones”, así como la nueva saya que se estrenaría en la salida extraordinaria.

El 12 de mayo, el doctor José Pérez Bernal, Coordinador Sectorial de trasplantes de Sevilla y Huelva, pronunció en el salón de actos de la casa de hermandad la conferencia “Esperanza para la vida”; mientras que un día después, y en el mismo lugar, se procedía a la clausura del primer año de la Escuela de Teología “Santísimo Cristo de las Tres Caídas”, interviniendo el sacerdote salesiano Antonio María Calero de los Ríos con la ponencia titulada “María, Icono de la Iglesia”; y a esta charla le siguió otra el día 14, pero en este caso en la Fundación Cruzcampo, interviniendo el Cardenal Arzobispo Emérito de Valencia Agustín García-Gascón y Vicente con una disertación en la que habló de los “Compromisos cristianos en el XXV aniversario de la coronación canónica de Nuestra Señora de la Esperanza”.

Sin solución de continuidad, el 18 de mayo se presentaba en la Hermandad la revista “Triana con su Esperanza”, contándose con la participación de los dos directores de la publicación, que fueron el promotor sacramental de la junta de gobierno Carlos Rodríguez Díaz y el periodista José Antonio Rodríguez Benítez. Sin embargo, dentro del tema de las publicaciones, las más esperada fue la que se presentó a la noche siguiente, como era el libro de la Historia de la Hermandad Sacramental de la Esperanza de Triana (Desde sus orígenes hasta 1962), cuyo autor es Vicente Acosta Domínguez, quien fuera Hermano Mayor en la coronación de la Esperanza, siendo el encargado de presentar tan magno trabajo José Luis Campuzano Zamalloa, quien igualmente fue Hermano Mayor de la Hermandad, además de pregonero de la coronación de la Virgen.

La Parroquia de Santa Ana acogió el 20 de mayo la última de las convivencias, como fue la que se desarrolló con las Hermandades que realizan su estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo así como con la Junta Superior del Consejo General de Hermandades y Cofradías, apareciendo ya en esa tarde la Virgen de la Esperanza ubicada en el altar mayor y colocada sobre las andas en las que regresaría a su capilla para efectuar desde ella su salida extraordinaria.

El día 21, la Fundación Cruzcampo volvía a ser el lugar de celebración de un nuevo acto, como fue en este caso la conferencia “Aproximación iconográfica a la imagen de la Esperanza de Triana”, en la que intervinieron el periodista Álvaro Rodríguez del Moral y el escultor Luis Álvarez Duarte, quien restauró la talla mariana en 1989.

Llegado el 22 de mayo, la Virgen sería trasladada en aquella tarde desde la parroquia a su capilla, siendo acompañada por multitud de fieles que ya anhelaban que la Señora saliese bajo su palio camino de la Catedral.

Dos días después, el Teatro Lope de Vega sería testigo de uno de los grandes acontecimientos de la efeméride como era el Pregón del XXV Aniversario de la Coronación Canónica Pontificia de Nuestra Señora de la Esperanza, que estuvo a cargo del hermano José María Rubio Rubio, antiguo miembro de juntas de gobierno entre finales de los años ochenta e inicios de los noventa, así como pregonero de la Semana Santa de Sevilla en el año 1991, disertación que declamó en el mismo escenario sobre el que expondría su nueva pieza oratoria en la mañana del 24 de mayo de 2010. El exaltador fue presentado por el teniente de hermano mayor, Alfonso de Julios-Campuzano, mientras que la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, dirigida por Francisco Javier Gutiérrez Juan, interpretó las marchas “Esperanza de Triana Coronada” de José Albero Francés, “Soleá, dame la mano” de Manuel Font de Anta, y “Esperanza de Triana” de Manuel Marvizón Carballo, esta última fue, además, un estreno, interpretándose una vez que Rubio culminó su discurso y antes de que sonasen los himnos de Andalucía y de España.

Aquel mismo 24 de mayo, la Virgen aparecía ya colocada en su paso de palio, produciéndose por la tarde una estampa curiosa e inusual, como fue contemplar a la devota imagen de María Auxiliadora de los Salesianos de Triana entrando en la Capilla de los Marineros con la Esperanza ubicada sobre sus andas procesionales.

Sin embargo, habrían de producirse más momentos históricos, como el que aconteció el 27 de mayo por la mañana, cuando la Hermandad del Rocío de Triana pasó con su Simpecado en la carreta para iniciar su camino hacia Almonte y con el paso de palio completamente montado a falta de las flores. Tras aquello, en esa misma mañana, Fray Carlos Amigo Vallejo, Cardenal Arzobispo de Sevilla, acudió al templo de la corporación para fundir el cirio de los Donantes de Órganos, con el que se dedicaría la salida extraordinaria a dicho colectivo bajo el lema “Esperanza para la Vida”.

Por último, el 29 de mayo, en el salón de actos de la Casa de Hermandad, tenía lugar la presentación del número de junio del Boletín de las Cofradías de Sevilla que, dirigido por el cofrade Rafael Jiménez Sampedro, estaba dedicado en esta ocasión a la efeméride.

Amanecía en Triana el domingo 31 de mayo. Miles de files, como si de un Jueves Santo se tratase, acudían a la capilla a contemplar a la Esperanza, hasta que llegó la tarde. Se abrieron las puertas a las seis de la tarde para que saliese la Virgen camino de la Catedral, dejando atrás la calle Pureza para arribar al Altozano, y tras despedirse en la Capillita del Carmen y cruzar el puente, la comitiva se adentraba en el Arenal, en busca de la capilla del Baratillo. Continuó por el Arco del Postigo, alcanzando la Santa Iglesia Catedral para acceder a ella por la Puerta de San Miguel a las once de la noche.

El primer día de junio tuvo lugar el rezo del Akathistos, culto que sirvió de pórtico al Solemne Triduo de las Bodas de Plata de la Coronación, comenzando el día en el que se cumplían los veinticinco años, jornada en la que el Cardenal Emérito de Valencia, Monseñor Agustín García-Gascó, ocupó la sagrada cátedra, sucediéndole a la noche siguiente el Arzobispo Coadjutor de Sevilla, Monseñor Juan José Asenjo, y el último día presidió el triduo el Arzobispo Castrense, Monseñor Juan del Río. Finalmente, el viernes 5 de junio se celebró el Pontifical conmemorativo de esta efeméride, presidiendo la eucaristía Fray Carlos Amigo, Cardenal de Sevilla.

El sábado día 6 tenía que producirse el regreso a Triana de la Esperanza, cuya salida estaba prevista para las siete de la tarde, si bien la lluvia retrasó los planes, y tras dos largas horas de espera cruzó la Virgen el dintel de la Puerta de los Palos, tomando la calle Alemanes para continuar por la Avenida hasta el Ayuntamiento. De ahí, y tras recorrer la Plaza Nueva, callejeó para pasar por delante del Convento de San Buenaventura, siendo recibida la cofradía por una representación de la Hermandad de la Soledad. Siguió por Zaragoza hasta Reyes Católicos, ya bien entrada la madrugada, arribando a un puente de Triana engalanado de luces, leyéndose a la entrada del mismo la mítica leyenda de “Triana con su Esperanza”.

Se arribaba al fin en el Altozano, y a partir de este punto se iniciaría un recorrido inédito por Triana: San Jorge, Callao, Antillano Campos –donde se vivió uno de los instantes más esperados, al superar el paso de palio la estrechez de esta calle–, Pagés del Corro… En San Jacinto se saludó a la Hermandad de la Estrella, prosiguiéndose más tarde por Rodrigo de Triana y Pelay Correa para llegar a Santa Ana, y a las once y media de la mañana, la Virgen entraba en su capilla después de estar catorce horas repartiendo lo que lleva en su bendito Nombre.