Esperanza de Triana

Ajuar Nuestra Señora

El ajuar de Nuestra Señora de la Esperanza cuenta con innumerables tocados, enaguas, encajes, medallas, cruces, rosarios, todo tipo de joyas regaladas por sus devotos, así como puñales y otros elementos. Sería prácticamente imposible la descripción de cada uno de ellos, de ahí que se va a limitar a describir una selección de las coronas, las sayas, los mantos y algunas de sus joyas y atributos más valiosos.

CORONAS
La primera noticia que se conserva referente a una presea de la Virgen de la Esperanza es de 1630, año en que el platero Pedro de Campaña tenía en su poder una corona rota de plata de la Virgen, que se le entregó para la realización de otra, aunque según los testimonios de la época no la llegó a labrar.

De la siguiente corona conocida de la Virgen poseemos más datos, así como fotografías de la misma. Fue contratada el 10 de septiembre de 1890 por el hermano mayor de entonces, don Francisco Sánchez García, al platero Justino de Guzmán: “-Una corona imperial de metal, cincelada y dorada a fuego con dos resplandores. – Doce estrellas del mismo metal para adorno de la misma corona, doradas también a fuego, estas dos últimas partidas por valor de 225 pesetas”. Llama la atención que se mencionen dos resplandores, pues no se conservan testimonios fotográficos de ellos por lo que quizás se modificó el diseño original, que debió ser a modo del de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, con doble resplandor. Esta corona fue estrenada en la Semana Santa de 1891.

La corona de Seco Imberg

El 29 de marzo de 1929 la Virgen de la Esperanza lució una nueva corona de plata dorada costeada por su Mayordomo, que por su estilo podemos relacionar con el taller de Eduardo Seco Imberg. Esta pieza, de estilo neobarroco y de un marcado carácter circular, se adaptaba mucho mejor al estilo procesional de la Cofradía que la decimonónica de Justino de Guzmán. La corona, que se custodiaba en casa de la camarera de la Virgen, la viuda de Flores, pasó a la Hermandad de la Macarena cuando dicha cofradía entregó al Gobierno de la Nación la suya de oro en 1936. Años más tarde, en 1941, la presea fue donada para la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos, encontrándose todavía en su poder.

El asunto de la propiedad de la corona es harto complejo. Se conoce que desde 1927 D. Francisco Flores Gómez ocupa el cargo de mayordomo y desde 1929 el de Hermano Mayor, adelantando dinero de su propio bolsillo (algo común en el resto de cofradías), para pagar los estrenos y gastos realizados con motivo de la Exposición Mariana de 1929, reconociendo siempre la Hermandad su debito con él, como lo demuestran las actas del cabildo general de Junio de 1931 en el que los asistentes confirmaron una deuda de veinte mil ochocientas pesetas. En noviembre fallece el Hermano Mayor y de nuevo se acepta la deuda con los herederos en el cabildo de 1932, pero sorpresivamente en Enero de 1933, la señora viuda de Flores y su madre dimiten de sus cargos como Camarera de la Virgen y de los altares, quedando en su poder algunos enseres, entre ellos la corona, y reclaman el pago de la deuda aunque solo fuera una pequeña cantidad todos los meses, a lo que se accedió. Sin embargo, en enero de 1934 se informa a la Junta de Oficiales de lo infructuosas que han sido las conversaciones para que la viuda devuelva los enseres que obran en su poder, alegando que todo lo que está en su casa era propiedad de su marido, por lo que en el Cabildo Extraordinario del 17 de Julio de 1934 al leerse el acta del Cabildo anterior, el Hermano Mayor pide al secretario que corrija el punto en el que él dijo “la corona que le regaló D. Francisco Flores…” y que escriba “…que no siendo propiedad de la Hermandad la corona, las dalmáticas y la toca…” zanjando de esta forma el tema de la deuda, quedando la Virgen sin la posesión de la misma.

La corona de Gabriel Medina

En 1937 la Virgen de la Esperanza estrenó una nueva corona de metal dorado realizada por el orfebre Gabriel Medina. Para su ejecución se reutilizó el canasto de una anterior, la realizada por el platero Justino de Guzmán entre 1890 y 1891. Gabriel Medina le añade unos nuevos imperiales y la ráfaga de diseño totalmente circular que es la que otorga modernidad. El estilo de la misma es neorenacentista pero reinterpretado desde una mentalidad regionalista, en la línea de los elementos diseñados por el ceramista Recio para el resto de los enseres del palio. Destaca en el centro el escudo de la Hermandad, y se completa por haces de rayos lisos en número de siete que se rematan por estrellas de ocho y seis puntas que van alternando su tamaño. Modificada en la década de los años cincuenta, y en la de los setenta, esta corona parece que fue donación de tres hermanos: Emilio Robles, Enrique Yacer y Manuel Revuelta. El diseño de esta presea ha sido muy imitado así como fuente de inspiración para realizar la corona de oro de Orfebrería Triana usada en 1984 para la Coronación Canónica.

La corona del siglo XIX

La más antigua de las coronas de Nuestra Señora de la Esperanza es una presea de metal dorado cuyo gorro carece de imperiales, en ella observamos mayor antigüedad en el canasto que en la ráfaga. El canasto se puede fechar a finales del siglo XIX mezclando motivos de diferentes neos. El resplandor es casi circular, presentando diversos motivos vegetales, ovas, ces, rocallas, todo ello calado. En ella se disponen grupos de cinco rayos lisos que alternan con uno ondulado, siendo los primeros rematados por estrellas biseladas de ocho puntas que también alternan su tamaño.

La corona de Jesús Domínguez

En 1963 el orfebre trianero Jesús Domínguez Vázquez regala la hechura de una corona de salida de plata sobredorada. Ésta le fue impuesta por el entonces obispo auxiliar, José Cirarda Lachiondo, durante el besamanos de diciembre del mismo año. Es la presea con la que procesionó la Santísima Virgen desde entonces hasta su Coronación Canónica en 1984. La corona está enriquecida con cabezas de querubines aladas y pequeños ángeles de marfil tallados por Rafael Barbero. Las líneas generales del diseño se inspiran en la de Gabriel Medina pero con más riqueza y gracia. El canasto es calado con motivos neorenacentistas, cartelas con piedras de color ámbar y seis imperiales de sección plana de los que pende un ancla. La ráfaga se forma en torno a una base ondulada con incrustaciones de perlas, de ella nacen grupos de siete rayos lisos de forma piramidal, que se intercalan con motivos vegetales calados que terminan en flamero y se rematan por estrellas de 12 puntas, formadas por dos estrellas superpuestas de seis puntas, una calada y otra biselada. En el centro y sobre un orbe hay una cruz de inspiración manierista con ráfaga en el crucero y decorada con piedras verdes. El escudo de la Hermandad realizado en esmaltes preside el espacio central de la ráfaga. En su base y en el interior posee dos inscripciones, “ESPERANZA NUESTRA” y “AÑO DE GRACIA DE 1963, SEVILLA, J. DOMÍNGUEZ VÁZQUEZ”.

La corona de Oro de la Coronación Pontificia

La más moderna es la corona de oro realizada para la Coronación Canónica Pontificia de la Virgen en 1984, por Francisco Fernández y Juan Borrero de Orfebrería Triana. Se realizó con oro de 22 quilates, reunido por medio de múltiples donativos de los hermanos y devotos, entre ellos los de la Familia Real ya que permitieron que se fundiera la pulsera de oro y topacios regalo de su camarera perpetua S.A.R. Doña Luisa de Orleans. La decoración tiene un estilo general neorrenacentista, pero pasado por un filtro regionalista que nos enlaza con algunos motivos característicos de la Hermandad y que proceden de diseños de la cerámica trianera. Está considerada por especialistas en la materia como una de las Joyas de la orfebrería contemporánea.

Su proyecto se inició en 1981 y su diseñó ya se publicó al año siguiente. La corona se compone de un alto gorro con seis imperiales, en el aro que se ajusta a la cabeza existe una decoración de paños colgantes estando grabado en el central la leyenda “ESPERANZA NUESTRA”. Sobre esto tiene superpuesto el escudo del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, regalo del mismo con motivo de la Coronación Canónica. Los ejes decorativos que forman el canasto se decoran con “candelieri” que alternan sus tamaños, sujetando los de mayor anchura las bandas y sobre estos tres niños portando una estrella, un ancla, y el central una gran perla.

Los imperiales se unen en un vástago con forma de flamero del que pende un ancla de oro y brillantes, regalo de su vestidor Fernando Morillo Lasso, confeccionada por el mismo en el taller de Juan Borrero en la calle Pureza. El espacio comprendido entre el canasto y la ráfaga es muy calado, trabajado a dos caras con motivos vegetales que se enroscan sobre sí y que se inspiran en el balcón principal de los antiguos Almacenes Santos (actual tienda de tejidos de Julián López en la calle O’Donnell) y está presidido por una cartela calada con el escudo de la Hermandad, que se ubica sobre un vástago flanqueado por dos dragones. La ráfaga circular está formada por grupos de siete rayos lisos, que se intercalan con motivos calados terminados en flamero de corte plateresco, y rematado por estrellas caladas de cuatro puntas con pequeños rayos lisos en sus entrantes enriquecidas por brillantes. Coronando la misma se perfila una cruz, igualmente calada inspirada en las de forja y que contiene una reliquia del Santo Rey Fernando III, regalo del Cabildo Catedral con motivo de la Coronación Canónica, que se cubre con un gran brillante rodeado por otros cuatro de menor tamaño a los que recientemente se les ha sumado otro gran brillante en su remate. La corona posee la inscripción “ORFEBRES FRANCISCO FERNÁNDEZ Y JUAN BORRERO. ORFEBRERÍA TRIANA, 1984”.

Con el paso del tiempo la corona ha ido enriqueciéndose por medio de diversos donativos. De este modo en el año 2000 se le acoplaron dos brillantes traídos de Tierra Santa situados en el imperial frontal del canasto y en el 2002 se le agregaron dos conjuntos de diamantes que escoltan la cartela que orla el escudo.

Para la vestimenta de hebrea, la Santísima Virgen ha tenido varios aros de estrellas siendo el actual obra de Orfebrería Triana en plata sobredorada estrenado en la cuaresma de 2000.

SAYAS

La saya de Rodríguez Ojeda

La saya bordada más antigua que conserva la Cofradía, es la realizada por Juan Manuel Rodríguez Ojeda que se estrena en 1891. Esta ricamente bordada en oro sobre terciopelo negro, fue pasada a terciopelo azul en los años setenta por las Hermanas Martín Cruz y nuevamente traspasados sus bordados a su color original, terciopelo negro, por el Taller de Fernández y Enríquez en 1998 y retocada en el 2003 cuando se le añadieron algunos bordados en la parte superior. Esta saya es la de más sabor histórico que posee la Virgen de la Esperanza, con uno de los mejores diseños de la primera etapa romántica y decimonónica de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Todo el dibujo se desarrolla a partir de un tallo de hoja de cardo, de la que de forma asimétrica van naciendo más tallos, hojas de acantos y flores, todo ello con un movimiento muy acusado. La actual cenefa que recorre la parte baja no pertenece al dibujo original y fue añadida al igual que el cíngulo por las hermanas Martín Cruz.

La saya de Olmo

La anterior saya fue la de salida hasta 1917, año en el que se estrenó una bordada en oro sobre terciopelo granate, tradicionalmente atribuida a Juan Manuel Rodríguez Ojeda, pero que una vez estudiada detenidamente parece obra del taller de Miguel Olmo. Su dibujo está claramente emparentado con los diseños de José Recio del Rivero. Su estilo es claramente regionalista, por la reinterpretación de los repertorios renacentistas y barrocos desde el punto de vista del historicismo, con un eje central del que se desarrollan los pequeños temas florales y vegetales. En 1956 los bordados de esta saya se pasaron a tisú de plata por el taller de Sobrinos de Caro, estrenándose en la Semana Santa del siguiente año. En 1984 fue de nuevo pasada a tisú de plata, para ser la que portara la Virgen durante los actos de la Coronación Canónica.

La saya del Convento de Santa Isabel
En el año 1957 las monjas del Convento de Santa Isabel realizan una saya de terciopelo granate bordada en oro, de dibujo simétrico muy suelto que es donada a la Virgen. Posteriormente a principios de los noventa el bordador García y Poo le añade pequeñas hojas. En 2005, el taller de Fernández y Enríquez la pasa a un nuevo soporte de raso de seda blanco añadiéndole bordados de los faldones realizados por Benjamín Pérez en 1990. De los bordados añadidos en su nueva composición destacamos en el centro una jarra de la que parten cuernos de la abundancia y adornos vegetales con cierta tendencia asimétrica, conservando en el resto de su diseño las primitivas piezas y disposición de la saya de 1957, salvo los dos dragones que se le han añadido en la zona inferior, que también proceden de los citados faldones.

La saya de las hermanas Martín Cruz

La Virgen de la Esperanza posee otra magnífica saya procesional realizada por las hermanas Ángeles y Carmen Martín Cruz en 1968. Está bordada en oro sobre tisú de plata con aplicación de pedrería. Carmen realizó un original diseño de carácter simétrico con espléndido eje central desde donde se desarrollan diversas flores, tallos y hojas de cartulina que van montadas al aire, lo que permite ver sus perfiles, técnica que ella desarrollo y en la que nadie llego superarla, al igual que en la de la hojilla. El contorno de la saya y las mangas son lobulados y bordados a modo de galón, en los que sobresalen los pétalos de cartulina que los adornan. Ha sido pasada a nuevo tisú y ampliada su altura por el taller de los sucesores de Esperanza Elena Caro en el año 2001. La cotilla presenta pedrería verde y una gran perla.

La saya de Benjamín Pérez

Otra rica saya procesional es la realizada por Benjamín Pérez en 1989, bordada en oro y sedas de colores sobre tisú blanco y aplicaciones de pedrería. Presenta abundantes muestras de hojilla, cartulina y muestra armada. Fue una donación del hermano Vicente Acosta Domínguez y su esposa con motivo del V Aniversario de la Coronación de la Virgen. Su diseño también es simétrico y en él se unen motivos florales bulbosos, vegetales, ces, guirnaldas y dragones.

Las sayas blanca, roja y azul
En diciembre de 1998 se estrena una saya bordada en oro y sedas naturales sobre tisú de plata, aprovechando los bordados de los antiguos faldones del paso de palio realizados por Benjamín Pérez en 1990(24). Su diseño es simétrico y en él destacan un jarrón con flores, cuernos de la abundancia y dragones que se mezclan con motivos vegetales.

En la cuaresma del año 2000, se recibió la donación de una saya bordada en oro sobre terciopelo azul pavo, costeada por José Manuel Campos López y Javier Socarrás de la Cuadra con diseño y ejecución del taller de Fernández y Enríquez, caracterizada por el movido diseño de los tallos vegetales que parten de un eje central formando curvas y contracurvas. .

Igualmente posee una saya bordada en oro sobre terciopelo rojo, por el taller de Fernández y Enríquez de Brenes. Su dibujo está claramente inspirado en las caídas del palio diseñado por el ceramista Recio en 1951. Presenta una composición simétrica en la que destacan dos dragones.

La saya del XXV Aniversario

La última saya confeccionada para la Virgen se bendijo el 6 de mayo de 2009, en la Real Parroquia de Señora Santa Ana, por el Director Espiritual de la corporación. Se ha realizado con motivo del XXV Aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen. El diseño es del hermano Francisco Javier Sánchez de los Reyes, y ha sido bordada en los Talleres “Santa Bárbara”. Está bordada en oro con multitud de flores y paños colgantes de giraspes de sedas naturales sobre tisú de plata. Se trata de una pieza de bordado excepcional, tanto por su complicado diseño, como por su ejecución, alcanzándose una técnica muy depurada y perfecta. Su diseñó es simétrico, realizado a base de tres ejes formados por candelieri abalaustrados, que facilitan los pliegues que Fernando Morillo, su histórico vestidor, le dibujaba al vestirla, de los que salen ramificaciones muy finas que se alternan y superponen unas con otras. Sus temas se inspiran en la cerámica trianera, destacamos la cartela que centra la composición con la leyenda: “VITA, DULCEDO ET SPES NOSTRA ANNO DOMINI MMIX”, y la cotilla con un medallón con un ancla superpuesta sobre el anagrama de María. Destaca la técnica y la distribución de los puntos empleados con abundancia de giraspes, cartulina, hojilla y muestra armada.

La saya de Belmonte

Finalmente, la saya de Juan Belmonte está confeccionada con los bordados de los trajes de torear de Belmonte y “Torerito” en 1938. Su diseño y realización se debe al taller de Caro, está bordada en oro y sedas celestes con alguna pedrería roja sobre tisú de plata y se usó en la salida procesional durante dieciocho años.

 

MANTOS

A partir de 1909 la Virgen lució en su paso un nuevo manto de terciopelo azul bordado en oro por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en el que las reminiscencias regionalistas impregnan la prenda. Esta pieza es clave para comprender la transformación estética y artística de esta Hermandad que trataba de adaptarse a una Semana Santa que estaba pasando de ser un fenómeno de religiosidad popular a ser un espectáculo ciudadano. El diseño totalmente simétrico, es el primero que realiza para esta Cofradía el ceramista José Recio del Rivero, y tuvo tanta aceptación que a partir de este momento esta Corporación le confiara la realización de multitud de proyectos, nombrándolo consultor artístico. Para diseñarlo se inspiró en los dibujos de la ornamentación cerámica trianera de los siglos XVI y XVII que estaban recuperando los arquitectos del regionalismo, que en los años previos a la Exposición Iberoamericana habían provocado una revolución estética sin precedentes en el campo artístico sevillano. El hecho de que la cerámica fuese una de las principales actividades gremiales de Triana en el pasado y que la Hermandad de la Esperanza la fundaran en 1418 gentes de este gremio, convierten el diseño del manto en todo un santo y seña de la identidad del barrio y del palio de la Santísima Virgen. Esta circunstancia provocará que el resto de las piezas que adornen a Nuestra Señora de la Esperanza se realicen en este estilo, constituyendo una de las más originales aportaciones de esta Hermandad al mundo artístico cofrade, creando un estilo personal que es el que ha conservado hasta la fecha. En la actualidad el manto es propiedad de la Hermandad de la Virgen de la Paz, Patrona de Ronda (Málaga).

El manto de los dragones

El 26 de marzo de 1948 la Santísima Virgen estrena el primero de los mantos con que cuenta en la actualidad para su salida procesional. Es el realizado por el taller de los Sobrinos de José Caro, según diseño del ceramista José Recio del Rivero. Está bordado en oro y sedas sobre terciopelo verde oscuro. Es considerado como una de las joyas de la Semana Santa Sevillana, tanto por su maravilloso dibujo, como por la perfección técnica que Esperanza Elena Caro aplicó en él, causa que hizo que lo considerara siempre como una de sus mejores obras. En él vemos un amplio muestrario de la mayoría de los puntos utilizados por tan genial maestra.

Se presupuestó la obra en 180.000 pesetas, precio desorbitado para la época, pero vista la calidad de la misma se vio necesario afrontar la deuda. El diseño del manto conserva en gran parte la idiosincrasia del azul que bordó Ojeda, aunque presenta un dibujo más menudo, más propio de la época post-regionalista en la que se bordó distanciándose del estilo barroquista de Esperanza Elena Caro. Está claramente inspirado en los motivos de la cerámica trianera, destacando el equilibrio de sus formas que parten de un eje central a modo de candelieri articulado a base de jarrones que se trunca con la inserción de una cartela con el escudo antiguo de la Hermandad en sedas. De éste parten tallos, roleos, motivos vegetales, cestos con frutas y flores de la más variada tipología (algunas de ellas hacen guiños al “art decó” tan en boga en la época), animales fantásticos, pájaros y dos grandes dragones alados en la parte inferior de la cola. En los roleos que componen su cenefa se incardinan flores y en su parte inferior dos pequeñas cartelas alusivas a su confección. Ha sido restaurado y pasado a nuevo terciopelo verde oscuro en dos ocasiones: una por el taller de Sobrinos de Caro en 1968 y la otra por el Taller de Fernández y Enríquez en 1999.

El manto de Borrero
En 1992 siendo hermano mayor Alfredo Álvarez Mensaque, decide la Hermandad realizar un nuevo manto de salida. En primer lugar se piden bocetos a los artistas: David Martínez Blanco, Carmelo Martín Cartaya y Juan Antonio Borrero Campos, eligiéndose finalmente el diseño de Borrero inspirado en la cerámica trianera. Seguidamente se contacta con dos talleres de bordado, contratándose el 10 de Febrero de 1992 con el de Sobrinos de Esperanza Elena Caro dirigido por José Manuel Elena. Está bordado en oro y sedas naturales sobre terciopelo verde oscuro, también posee un eje central donde se muestra un ancla con la corona real. En el diseño aparecen cabezas de ángeles y arcángeles alanceando dragones realizados en sedas, dragones y guirnaldas con flores y frutas de giraspes de colores, entrelazadas con tallos vegetales y hojarasca. Destaca la guardilla con cabezas de dragones insertados en los entrelazados que la recorren. El resultado es un manto con un bordado más grueso y denso que el anterior, pero muy en la línea de éste. Técnicamente la ejecución es perfecta, bordado a conciencia con utilización de las más diversas técnicas que domina este taller, algunas de ellas en desuso.

El manto rojo

El manto de camarín de terciopelo rojo bordado en oro fue realizado por el taller de Santa Bárbara en el año 2012. El manto presenta bordadas las vistas delanteras, según un diseño de Joaquín Castilla basado en un boceto original de Francisco Javier Sánchez de los Reyes. Fue donado por el que fuera Hermano Mayor entre 1997 y 2000, José Manuel Campos López.

El manto verde de traslados
Con motivo de los actos a celebrar por la Coronación Pontificia de Nuestra Señora de la Esperanza, se vio la necesidad de contar con un manto de camarín y traslados, con la suficiente categoría para que lo luciese la Santísima Virgen en el triduo preparatorio de la Coronación. Estrenado en el besamanos del año 1983, está bordado en oro sobre terciopelo verde oscuro, realizado en el Taller de los Sobrinos de José Caro, siendo una de las últimas obras de Esperanza Elena Caro como directora.

Los mantos negro y celeste
El manto de terciopelo negro con vistas bordadas en oro, estrenado en el mes de los difuntos del año 1998, tiene diseño de Francisco Javier Sánchez de los Reyes a juego con la espléndida saya romántica que en 1891 le bordó Juan Manuel Rodríguez Ojeda.

En el mes de diciembre del mismo año, se estrena un manto de vistas sobre raso de seda celeste, con bordados en oro que provienen de los faldones de 1990 con un diseño muy compensado.

El manto azul de traslados

En el mes de Junio del año 2000 se presenta en la Capilla de los Marineros otro manto. Para uso de camarín y traslados, ya que tiene todo su perímetro bordado en oro sobre terciopelo azul marino, el manto presenta un dibujo más rico en las vistas y la cola. En él se renueva una tradición artística exclusiva de esta Hermandad: el diseño cerámico del bordado, que ha ejecutado el ceramista José Antonio Peláez Soto. La cenefa que lo rodea recuerda mucho a la del manto de los “Dragones”, diseñada también por otro ceramista, en este caso Recio.

Los mantos verde y blanco
El segundo tiene sus vistas bordadas en oro sobre terciopelo blanco con bordados aprovechados de los faldones de Benjamín Pérez y que ha sido pasado en abril de 2009 a un nuevo tejido de Otomán Blanco y enriquecido con una nueva disposición de sus piezas en el taller de Paleteiro.

Posee la Virgen varios mantos de camarín realizados con piezas toreras que estaban en desuso. Dos de ellos se rescataron recientemente para su uso en el camarín: uno de terciopelo color rojo realizado con trajes y capotes de torear de Antonio Ordóñez y el Algabeño y otro de terciopelo verde esmeralda realizado con prendas toreras de Manolo Chávez. Ambos están bordados en todo su perímetro y sus bordados fueron adaptados y pasados por el taller de Caro en la década de los setenta.

 

TOCAS


El uso de tocas sobrepuestas en los mantos, era considerado más propio de las imágenes de gloria que de los atuendos de las dolorosas, pero con la llegada del regionalismo, que impuso una forma diferente de celebración, este elemento empezó a usarse en las dolorosas, sobre todo en las de las cofradías de carácter popular que tenían una forma menos luctuosa de concebir la celebración de la Pasión. A partir de la primera década del siglo pasado, Nuestra Señora de la Esperanza ha lucido habitualmente toca de sobremanto. En principio era una pequeña pieza de encaje crudo que progresivamente fue aumentando de tamaño, hasta que a principios de los treinta adquiere el tamaño y forma actual, siendo sustituido el encaje crudo por uno dorado. Celebre es la toca conocida como “la de Volantes”, que tan popular se hizo en las estampas de los treinta y cuarenta en los que la Virgen era vestida por José Persio. Esta Toca de Volantes fue recuperada en el Septenario de 2008, tomando como base una antigua toca de encaje de oro, adquirida en un anticuario, a la que se le han añadido volantes de encajes de concha de oro, reproduciendo fidedignamente el diseño original.

La Santísima Virgen también posee otras tocas destinadas para la salida procesional, entre las que destacamos, por su perfección técnica y artística, la bordada en oro sobre malla por las Hermanas Martín Cruz en 1965. La pieza fue diseñada por Carmen Martín Cruz y bordada en su propio taller del que era socia su hermana Ángeles. Es una pieza de gran finura y delicadeza, además de poseer una fuerte personalidad, en la que se representa trasladado a oro el tipo mantilla, siendo una de las mejores prendas de este género salidas de las manos de un obrador sevillano. Presenta un contorno polilobulado con un movido diseño de flores. Inserta en el dibujo de la cenefa en la zona de la cola, podemos ver un ancla de pedrería verde a la que rodea un flotador con la leyenda: “ESPERANZA TRIANA”.

En 1989 se estrena una rica toca de salida bordada por Benjamín Pérez, donada por el que fuera Hermano Mayor de la Coronación Vicente Acosta, y que va a juego con la saya que él mismo regalara en el mismo año. Destacamos de ella la cenefa de pseudo veneras vegetales, el ovalo con el escudo de Juan Pablo II o la decoración de dragones que escoltan el ancla timbrada con la corona real rodeada de la leyenda: “ESPERANZA TRIANA CORONADA 1984”. En el año de su estreno lucía en las esquinas de las vistas delanteras dos óvalos con escudos bordados en sedas del Cardenal Bueno Monreal y del Arzobispo Carlos Amigo Vallejo, pero se sustituyeron al año siguiente por dos elementos vegetales bordados en oro. Reseñamos que esta toca fue lucida por la Virgen del Carmen Doloroso de Sevilla en su primera estación de penitencia a la Catedral, el Miércoles Santo del año 2009, ya que la Hermandad de la Esperanza fue la Madrina de dicha salida.

 

JOYERO

Sería imposible citar todas y cada una de las piezas que ha ido atesorando el joyero de la Santísima Virgen. Destacan, sin embargo, algunas piezas por su elevado valor afectivo, artístico, material o histórico.

Probablemente la pieza más antigua del joyero, es un pequeño rosario del siglo XVIII con cuentas de esferillas de oro con cruz sin crucificado, regalado en 1984 por las Madrinas de la Coronación, las monjas del convento de las Mínimas.

Otra pieza probablemente de fines del siglo XVIII es una lazada con dibujo floral calado de oro y esmeraldas que es una importantísima pieza de joyería civil barroca que se incluyó en el catálogo de la Exposición “Teatro de Grandezas” incluida en el ciclo Andalucía Barroca organizado por la Junta de Andalucía en el año 2008. Es donación de un hermano, anticuario de profesión, que la regalo con motivo del XXV Aniversario de la Coronación en el 2009.

Del siglo XIX se conservaron broches en el ajuar, uno de oro y oro nielado adornado con aljófares (perlas autenticas), de forma oval rematado en su parte inferior por tres pendentifs, regalo de varios hermanos con motivo del XXV Aniversario de la Coronación en el año 2009 así como un valiosísimo broche Isabelino de forma oval y lazo en la parte baja realizado en oro calado decorado con un gran brillante de talla rosa y otros más pequeños, algunas perlas y esmalte negro, del que desconocemos el año de su ingreso en el joyero.

Del segundo tercio del siglo XX es una medalla con montura de platino con dibujos geométricos y brillantes de gran tamaño, que contiene un busto con la Virgen tallada en nácar. Es de estilo “art decó”, y perteneció a Bobby Deglané y se puede considerar como una de las piezas de mayor valor material y artístico del joyero.

De la misma época es el valioso rosario de filigrana de plata dorada y cuentas de nácar, aunque existen otros muchos entre los que destacan varios de cuentas de nácar, algunos de filigrana de plata y otros modernos como uno de esferillas de oro y otro de perlas y oro.

De estos mismos años destacamos un conjunto de sortija y pendientes de brillantes de gran quilate, al igual que un anillo con un gran zafiro rodeado de brillantes, que hoy forma parte de un pasador para el cordón del Santísimo Cristo. Existe también una rosa tallada en coral y montada en oro, decorada con hojas de jade verde, que es obra de la primera mitad de este siglo.

En 1963 se estrena la corona de Jesús Domínguez, y para rematar su ráfaga, nuestro hermano Ramón Martín Cartaya en nombre de la Hermandad de la O, regala una cruz de plata dorada inspirada en modelos manieristas del siglo XVII. Tiene incrustaciones de piedras rojas, verdes, blancas y perlas y posee el emblema de la O en su centro del que salen cuatro rayos, en el revés a media altura presenta la inscripción: “LA HERMANDAD DE LA O A LA ESPERANZA DE TRIANA, 1963” y en el extremo “V. M. C.”, que es el anagrama del autor, el orfebre y hermano de la O, Vicente Martín Cartaya. Debido quizás a su gran tamaño se retiró de la corona y paso al tesoro de la Virgen.

En los años ochenta con motivo de la Coronación Canónica, la Hermandad del Cachorro le regaló un camafeo con la cabeza de su Cristo en marfil montado en oro, obra tallada por Luis Álvarez Duarte. También es de esta época una rosa de marfil y oro de 1985, y una valiosísima gran cruz Pectoral de perfiles calados en oro decorada con amatistas y multitud de brillantes regalo de un fervoroso cofrade. Por su valor sentimental destacamos una rosa de oro con la inscripción: Feliú Cordón, familia que durante más de cuarenta años ha puesto las flores de la Hermandad.

En 1996 se estrena un Alfiler de oro y brillantes con el nombre de Triana y en 1998 dos broches de perlas para los que se reutilizaron unos antiguos pendientes de perlas enriquecidos por asas de brillantes y ocho esmeraldas, ambas piezas realizadas por Joyería Álvarez (28). También existe un corazón de oro de ley traspasado por siete puñales, con engarce de siete esmeraldas. Esta Joya fue regalo de la Hermandad de la Soledad de Huéscar (Granada).

En el año 2007 la Santísima Virgen volvió a lucir los once Broches de filigrana dorada y pedrería verde que Fernando Morillo confeccionó en los años cuarenta para rematar el tocado. Estas piezas de bisutería se pudieron rescatar gracias a que después de quedar en desuso en 1963, fueron guardadas por su vestidor y a su muerte custodiadas por su familia. En el 2008 gracias a la donación de varios hermanos se reprodujeron, pero esta vez en materiales nobles: oro, plata y esmeraldas. También se realizaron doce florecitas de oro blanco, decoradas cada una con un importante brillante en el centro, que copian lo más fielmente las piezas que componían el adorno del mítico “refregador”. Todas estas piezas se realizaron en la Joyería Mill en el año 2008.

 

ATRIBUTOS DE NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA

En las primeras fotos que conocemos de Nuestra Señora de la Esperanza de finales del XIX, aparece exornada con multitud de joyas que forman un riquísimo pecherín, pero estas eran en su mayor parte prestadas para la Estación de Penitencia, a excepción de los atributos entendiéndose como tales el puñal, el ancla y el salvavidas. Desde que se configura la iconografía de la Señora en la década de los veinte, fecha en la que se incorpora el puñal, normalmente ha lucido este símbolo, el ancla y posteriormente un salvavidas: el primero por su dolor, el segundo como emblema de su advocación y el tercero como símbolo de salvación y también por la relación de los dos últimos atributos con la navegación, ya que desde muy antiguo la Hermandad ha estado vinculada al gremio de los Mareantes. Estas piezas han cambiado a lo largo de estos años y algunas de ellas no se conservan.

Entre todos los atributos, el más antiguo que conservamos es un ancla plateada adornada con piedras verdes confeccionada a principios del siglo XX, encontrándose muy deteriorada, por lo que en el 2009 ha sido reproducida en plata por Joyería Santa Ana. Habitualmente lucido por la Santísima Virgen en su camarín, probablemente sea el primer ancla que como símbolo de su advocación lució una imagen con el nombre de Esperanza en el pecho. El hecho de colocar la mano izquierda de la Santísima Virgen señalándola, como si la Señora nos dijera: yo soy tu Esperanza, mientras nos ofrece el pañuelo, se lo debemos a su recordado vestidor Fernando Morillo Lasso que participó muy activamente en la configuración iconográfica de la Esperanza.

En la década de los sesenta, Fernando Morillo Lasso, joyero de profesión, le confecciona un conjunto de atributos, esta vez en oro y piedras preciosas, que vienen a sustituir a los anteriores de poco valor material. Estas piezas serán las que a partir de ahora luzca la Santísima Virgen en su paso, destacando el puñal de oro y oro blanco (1964), donde tanto el mango como la empuñadura se forman por hojas y flores de oro en cuyos centros van aguamarinas, mientras que en los remates de los extremos van tres esmeraldas cuadradas de talla a bisel, en el centro figura el escudo de la Hermandad en oro, brillantes y esmaltes inserto en un flotador. En el reverso figura la inscripción: AÑO 1964 A MI ESPERANZA DE TRIANA TU DEVOTISIMO HIJO FERNANDO MORILLO LASSO. El ancla, que es muy valiosa, de precioso diseño en oro, perlas y esmeraldas fue regalo de la familia Abao en 1963.

También le confeccionó un salvavidas de oro y brillantes, con la leyenda ESPERANZA NUESTRA, para situarlo sobre la mano izquierda, en el reverso figura la inscripción: A NUESTRA ESPERANZA FERNANDO MORILLO LASSO Y FAMILIA 1973.

La idea del salvavidas procede del que lució la Virgen en la salida extraordinaria del 27 de Julio de 1923 con motivo de la “Velá”. En este caso era de tamaño real con su nombre “Esperanza”, portándolo en su mano derecha sustituyendo el manipulo. Por último, aunque realmente no es un atributo, le realizó un pequeño corazón de oro traspasado por una espada que desde entonces lo ha lucido sobre el pecho en su parte izquierda, en el reverso figura una leyenda: A NUESTRA ESPERANZA DE TRIANA FERNANDO MORILLO LASSO Y FAMILIA AÑO 1972.

Existe un puñal de camarín de plata dorada con tres grandes piedras de estilo neorrenacentista. Centra su composición un ancla, decorando su empuñadura dos tritones y una cabeza de ángel que remata el mango. Posiblemente fue realizado en la década de los sesenta muy en la línea de las piezas de Villarreal. Igualmente existe un ancla dorada decorada con piedras verdes, obra de Fernando Morillo Lasso en 1984, regalo del Grupo Joven, según indica la inscripción de su reverso. En principio se remataba por la corona real, pero en 1996 se reforma suprimiendo la corona y añadiéndole más piedras para su uso en el camarín.

A partir del año 2001 Orfebrería Triana realiza tres importantes piezas: en primer lugar un puñal de oro y esmeraldas de estilo neorrenacentista con un trabajo muy afiligranado semejante al de la corona de coronación, destacando en el mango un jarrón con flores y en el centro la inscripción “TRIANA” decorada con brillantes. En el revés se sitúa la siguiente inscripción: PARA LA ESPERANZA DE TRIANA DE TU HIJA CECILIA CARDENETES. En segundo lugar en el 2002 realiza un ancla de oro y esmeraldas de talla bisel, rematada por un salvavidas decorado también con esmeraldas, con la siguiente leyenda: DE TU HIJA MARIA REDONDO 13/12/2002. Por ultimo un nuevo salvavidas de oro para la mano izquierda pero de mayor tamaño que el anteriormente descrito. En el reverso hay una inscripción: FAMILIA JUAN ANILLO.

Con motivo de la recuperación histórica del tocado dorado conocido como el “refregaó” en la Semana Santa del año 2008, un hermano decide regalarle un puñal siguiendo el diseño de uno antiguo de pedrería, que pudo haber realizado Fernando Morillo Lasso, antes de ser el vestidor de la Esperanza, a finales de los años treinta o principios de los cuarenta, en estilo “art decó”. Inspirándose en el puñal que adornaba esta composición, el joyero zaragozano, Fernando José Ortiz de Lanzagorta i Vivet, crea un magnífico trabajo de alta joyería, semejante a las piezas de la casa Cartier de principios del siglo XX, ya que los centenares de piedras que lo componen: esmeraldas, brillantes, amatistas, y aguamarinas, van montadas en distintos niveles al aire, es decir con garras de oro que parten desde el núcleo central. La hoja es de oro blanco adornada por multitud de brillantes con el lema ESPERANZA PODEROSA/ REINA UNIVERSAL.

 

DISTINCIONES Y CONDECORACIONES

La gran importancia devocional que despiertan Nuestros Sagrados Titulares la han hecho acreedora de multitud de regalos y distinciones de todo tipo, entre ellas fajines, condecoraciones, medallas y escudos de otras hermandades regaladas en algunas efemérides importantes.

Destaca la medalla conmemorativa de la peregrinación a Roma en 1954 del Simpecado por la proclamación de la Realeza de la Virgen que otorgara el Papa Pío XII.

Dentro del grupo de distinciones habría que citar las condecoraciones, algunas de carácter militar naval, por la vinculación de la Hermandad a la Marina, desde que en el año 1951 se acordó en Junta de Oficiales que el Señor Ministro de Marina ocupara el cargo de Hermano Mayor honorario, a las que se unen las de carácter civil, como las que donara nuestro hermano el periodista radiofónico, Bobby Deglané, y que le fueron concedidas por su trayectoria profesional y por su entrega a los más necesitados. Entre ellas destacan la Medalla al Mérito en el Trabajo, otorgada por decreto de 21 de Septiembre de 1960 realizada en plata oro y esmaltes, y la condecoración de la Orden de Isabel la Católica, destacando la insignia de solapa realizada en oro, oro blanco, esmaltes y brillantes.

El 21 de Diciembre de1961 se le impone a la Santísima Virgen un clavel de plata, en el transcurso del funeral que nuestra Hermandad celebra en la Iglesia de San Jacinto por las víctimas del accidente aéreo provocado al estrellarse una avioneta que participaba en la caravana solidaria organizada por Bobby Deglané para obtener fondos para los damnificados por el desbordamiento del arroyo Tamarguillo, conocida como Operación Clavel. El Ayuntamiento de Sevilla le había concedido este clavel, como muestra de agradecimiento por organizar esta caravana. El texto que figura en la placa de plata que acompaña este clavel dice: “Esta insignia que el Caudillo te otorga, llévala Bobby con orgullo sobre tu corazón, que es Sevilla la que te entrega con ella lo más hermoso de su alma”.

Nuestra Señora de la Esperanza posee en uso tres fajines, uno de reciente donación de color celeste perteneciente al cuerpo de Aviación, otro del Rey Juan Carlos de su etapa como Príncipe de España, con rango de Teniente General y que le fue impuesto el 18 de diciembre de 1980 por el Comandante de Marina Don Fernando Otero y Goyanes, en representación de S.M. El Rey. Por último, el más valioso por su carácter único, es el de Capitán General de la Armada de S.A.R. Don Juan de Borbón y Battenberg, donado y entregado personalmente, en una ceremonia celebrada el 29 de Septiembre de 1998, por su Camarera Honoraria Perpetua desde 1958, S.A.R. Doña María de las Mercedes de Borbón y Orleáns, en nombre de S.M. el Rey de España Don Juan Carlos I. Este fajín fue solicitado por la Hermandad al Rey motivado por la devoción de su padre a la Santísima Virgen, inculcada por Doña María, hermana desde los años cincuenta, y por su vocación marinera. El fajín presenta en sus borlones una serie de óvalos con diversos escudos y firmas entre las que se destacan las firmas de la Familia Real con los escudos de la Casa Real y de Juan Carlos I.

En 1984 le fue ofrecida a la Virgen la Medalla de oro del Consejo de Cofradías con motivo de su Coronación Canónica y que luce desde entonces en el frontal del canasto de su corona de oro. En 1992 el Pabellón de Euskadi en la Expo del 92, mancomunadamente con el Ayuntamiento de Guetaria, hace entrega oficial del Bastón de Mando del Lendakari José Antonio Ardanza y placa de plata con la siguiente inscripción: A NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA DE TRIANA EL LENDAKARI DE EUSKADI, SEVILLA -18-6-1992.

En años sucesivos la Hermandad ha sido distinguida con varios honores, concretamente en 1998 le fue donada por el Arzobispo Carlos Amigo Vallejo una Cruz pectoral de plata mejicana de estilo neorrománico y un rosario de nácar procedente de Nazaret. El 20 de Diciembre de 2002 el Santísimo Cristo de la Tres Caídas fue nombrado Patrón de la Cámara de Mareantes de Sevilla. Y el 10 de Octubre de 2004 la Corporación ha recibido la concesión de la medalla y el distintivo de solapa del Ilustre Capítulo de Caballeros de Nuestra Señora de Valvanera, de la ciudad de Logroño.

El 23 de Junio de 2005, la Santísima Virgen recibe la Medalla de Oro de la Ciudad de las Palmas de Gran Canaria en el auditorio Alfredo Kraus de la citada población. Así se coronaba un largo pero fructífero proceso de hermanamiento de dos barrios históricos y singulares unidos bajo el común denominador del nombre de Triana.

El 15 de diciembre de 2007, primer día del triduo y besamanos de la Santísima Virgen, El Excelentísimo Sr. Don Pedro Pitarch Bartolomé, Teniente General Jefe de la Fuerza Terrestre Española, y su esposa Dª. María Pronk Way, ofrendaron a Nuestra Señora el Bastón de Mando del Jefe del Eurocuerpo.

En 2009 la Hermandad Amadrina a la Virgen del Carmen Doloroso, en su primera salida procesional bajo palio para hacer Estación de Penitencia a la S.I. Catedral con motivo del XXV Aniversario de su Bendición. En deferencia con este gesto y coincidiendo con el XXV Aniversario de la Coronación, nos entregan un broche de oro y nácar con el escudo del Carmen con la siguiente leyenda: CARMEN 1984/ 2009 ESPERANZA.

Con la llegada de la Democracia, el Ayuntamiento de Sevilla cambió el reglamento de honores, impidiéndose desde este momento que se pudiera conceder la Medalla de Oro de la Ciudad a una imagen religiosa, por lo que al solicitarla la Hermandad con motivo de la Coronación de la Virgen en 1984, la alcaldía trato de concederla, pero no hubo unanimidad entre los concejales de la oposición para derogar el reglamento. Como solución intermedia se optó por entregar una copia de la que tenía concedida el Consejo de Hermandades y Cofradías. En la mañana del 1 de Junio de 1984 se la impone el alcalde Manuel del Valle Arévalo, encontrándose la Santísima Virgen entronizada en su paso para su traslado esa misma tarde a la Santa Iglesia Catedral para su Coronación. Con el paso del tiempo, a mediados de los noventa se hizo una excepción, por lo que muchos hermanos se sentían agraviados. Esto se acentuó a medida que se acercaba el XXV Aniversario de la Coronación. El 19 de Marzo de 2010 fue aprobada en pleno la concesión de la misma, dándose así solución a una cuestión pendiente. El acto de entrega fue en la mañana del 27 de Marzo en la Capilla de los Marineros, con la Señora en el paso en una ceremonia muy emotiva en la que el Excmo. Sr Alcalde, D. Alfredo Sánchez Monteseirín, reivindicó a la Santísima Virgen como santo y seña de Triana, y de Sevilla, y referente universal de devoción mariana.