Una de las más bellas imágenes de la Inmaculada Concepción que se han tallado en Sevilla, es la que venera nuestra Hermandad en la hornacina central de la Capilla Sacramental de Santa Ana. Muchos historiadores la atribuyen a Duque Cornejo, aunque pudiese ser obra del notable maestro, escultor y arquitecto de retablos, Miguel Franco, quién realizó el retablo de dicha Capilla Sacramental. La imagen fue restaurada en 1998 por Carmen Álvarez.
En dicho retablo, el programa iconográfico gira alrededor de la Inmaculada que se cobija en la hornacina central, como hemos descrito con anterioridad. Se encuentra flanqueada por San José y San Antonio de Padua; en el ático figuran los relieves de la Coronación de la Virgen, la Natividad y la Presentación de María en el Templo. En el cuerpo principal, los soportes son columnas con los dos tercios superiores salomónicos y el inferior cilíndrico, mientras que en la hornacina de la Inmaculada aparecen estípites.
La portezuela del Sagrario, donde figura la Sagrada Cena, fue labrada en plata por Blas Amat durante la segunda mitad del siglo XVIII, representando los punzones de: “AMAT, MO8DO, cochino, Giralda”. A los lados del tabernáculo se exponen sendas esculturillas de San Pedro y San Pablo.
En el muro de la Epístola de la Capilla existe una puerta que abre a un recóndito espacio, destinado en otro tiempo a la Reserva del Santísimo en las festividades del Jueves y Viernes Santo; en su interior hay un retablo barroco con imágenes de la Piedad, un Crucificado, San Roque y San Sebastián. Ante el recinto cuelga una magnífica lámpara de plata que puede datarse en la primera mitad del siglo XVIII. Ésta presenta la siguiente inscripción: “SOI DE LA HERMANDAD DEL SANTISIMO SACRAMENTO DE SEÑORA SANTA ANNA DE TRIANA”.