Esperanza de Triana

Historia

Si Sevilla tiene en el Corpus Christi una de sus fiestas más tradicionales, y en las que la esencia más pura queda impresa; en Triana se hace popular la devoción y piedad en torno a Jesús Sacramentado.

Pese a la multitud de procesiones que abundan en la Octava del Corpus, es el de Señora Santa Ana, el Corpus Chico, el que guarda mayor regionalismo, popularidad y tipismo a la hora de explicar y entender la Celebración del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.

Organizada por nuestra Corporación, como Hermandad Sacramental de la Real de Señora Santa Ana, mantiene la esencia inalterada desde sus inicios, que con la fundación de la Hermandad Sacramental a mediados del siglo XVI, culmina por oficializar una devoción ya asentada en la Parroquia.

Mantiene hoy el mismo recorrido histórico de siglos anteriores, conservando en su discurrir la idiosincrasia y el estilo popular que aún mantiene Triana. La Custodia llegaría a presidir el Corpus Christi de la Catedral de Sevilla, cuando la Custodia de plata de Arfe fue enviada a Cádiz durante la Invasión Francesa.

Participando en el discurrir las distintas Hermandades de Triana, así como las diversas Juventudes, suele acudir invitada la Hermandad del Baratillo, así como aquéllas con fuertes vínculos trianeros.

En el cortejo figuran el Niño Jesús, Santa Justa y Rufina, La Pura y Limpia y San Juan Evangelista, además de la Custodia con Su Divina Majestad. Participan con sus sones las Bandas de Cornetas y Tambores San Juan Evangelista y Santísimo Cristo de las Tres Caídas, así como la Banda de Música Santa Ana de Dos Hermanas, que acompañan a la corporación en su Estación de Penitencia en la Madrugada de Viernes Santo.