El 10 de septiembre de 1890, el Hermano Mayor Francisco Sánchez García contrató con el platero Justino de Guzmán, domiciliado en la calle Sol nº 57, dos diademas de metal cinceladas y doradas a fuego, por valor de 300 Ptas., y con Juan Manuel Rodríguez Ojeda, con taller de Bordador de oro en la calle Duque Cornejo nº 20, una túnica de terciopelo verde y un “mantolín” de terciopelo granate bordados en oro fino para San Juan por valor de 625 y 750 Ptas. También encarga una túnica de terciopelo color guinda y un mantolín de terciopelo azul bordados en plata fina dorada que importaron 625 y 750 pesetas respectivamente, para el ajuar de la Magdalena.
De todas estas piezas tan solo se conservan las dos diademas, ya que los ropajes fueron enajenados al poco tiempo como parte del pago por el nuevo palio bordado por Rodríguez Ojeda, estrenado en 1903 cuando fueron retiradas del paso las imágenes de San Juan y la Magdalena. De las diademas una de ellas es la que luce en la capilla la imagen de San Juan, presenta el núcleo decorado por motivos vegetales y ces enfrentadas y se remata por haces de rayos lisos.
Posee la imagen otra aureola procesional de plata dorada, el núcleo lo forman medallones ovales de rayado oblicuo y borde vegetal, los rayos son de perfil liso, alternando con grupos de ces contrapuestas caladas. Probablemente se estrenó con posterioridad a 1968, fecha en la que se realiza la nueva imagen de San Juan, su autor fue el orfebre Villarreal.
Entre las piezas que forman el ajuar textil de San Juan, destacamos el mantolín estrenado y bendecido el 27 de Noviembre de 2004, proyectado por Francisco Javier Sánchez de los Reyes. Reproduce el diseño romántico del encargado en 1891 a Rodríguez Ojeda. Fue bordado por los talleres de José Infantes y costeado por el Grupo Joven de la Hermandad.