Esperanza de Triana

Entrega solemne de la Reliquia de San Juan Pablo II

En el día de ayer, domingo 17 de mayo, el Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de Sevilla, D. Juan José Asenjo Pelegrina hizo entrega solemne de la reliquia del Santo Padre Juan Pablo II al Hermano Mayor, D. Alfonso de Julios-Campuzano como representación de la Hermandad.

En un acto breve pero intenso en lo emotivo, el Señor Arzobispo quiso remarcar el profundo valor del testimonio de fe, de vida y de santidad que dio el Santo Padre durante su largo y fructífero Pontificado. Un Pontificado que quiso consagrar a María como Mediadora de todas las gracias: Totus Tuus.

Nuestro Pastor tuvo palabras de afecto sincero a quien hoy es Santo, y que ya proclamara el pueblo fiel durante las Exequias que tuvieron lugar tras la muerte del Santo Padre en abril de 2005. Una reliquia, dijo el Señor Arzobispo, de amplio valor devocional que hoy ofrece un testimonio a quienes acudan a orar a la Capilla de los Marineros. Gracias a la gestión directa de D. Juan José ante el Cardenal Dziwisz, quien fuera secretario personal de San Juan Pablo II,  tras la petición expresa del Hermano Mayor allá por el mes de febrero, el Santo Padre ocupa hoy un lugar a los pies de Nuestra Señora de la Esperanza.

El Hermano Mayor, Alfonso de Julios-Campuzano, quiso destacar en sus palabras el agradecimiento profundo al Señor Arzobispo por el don que concede a la Hermandad, así como el compromiso de que la Hermandad dará el culto que merece quien fuera Mensajero y Testigo de Esperanza, con el convencimiento de que el mensaje de quien ocupó la Cátedra de San Pedro durante casi 27 años dará el mejor fruto a nuestra Corporación.

Tras venerar a la Reliquia, tuvo lugar una Sagrada Eucaristía de Acción de Gracias presidida por el Rvdo. P. D. Marcelino Manzano, Ptro, Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías, concelebrando nuestro Director Espiritual y Párroco de la Real Parroquia de Señora Santa Ana, el Ilmo. Sr. D. Eugenio Hernández, Canónigo Penitenciario de la S.I.C.

Fue la Coral Polifónica Santísimo Cristo de las Tres Caídas quien puso las notas musicales, solemnizando una jornada de alegría para todos los hermanos.