Se ha procedido a la restauración de antiguos escudos bordados corporativos y que, a modos de reposteros, serán utilizados por primera vez durante el festival taurino para engalanar la Real Maestranza de Caballería.
Los trabajos han sido realizados por Dolores Fernández, Arte Sacro y Ornamentación, y han consistido en la limpieza de las piezas, de modo que no se continuasen deteriorando ni el tejido soporte ni los propios bordados. Así mismo, sobre el bastidor se ha dotado a estos enseres de mayor consistencia, y se han reemplazado algunas partes pero reproduciendo siempre el original con fidelidad tanto en los materiales empleados como en su disposición.
Con respecto a la corona real que timbra la heráldica, se ha sustituido el terciopelo rojo de la misma y se han ejecutado tanto el orbe como la cruz que la remata, ya que ambas partes se habían perdido. Sin embargo, esta presea no es la que debería formar parte de la cartela original debido a no coincidir sus proporciones, aunque se ha incorporado para que formen una única pieza.