Dentro de las labores de conservación iniciadas por esta junta de gobierno, se ha llevado a cabo la intervención del Niño Jesús por el equipo formado por Isabel Rabadán del Saz y Juan Alberto Filter Peinado.
La imagen presentaba, a nivel de soporte, una grieta en la parte frontal del torso, originada por la apertura de una fenda de la madera (grieta natural); a nivel del estrato pictórico mostraba como principal alteración una capa de policromía que ocultaba casi por completo la encarnadura original, no apreciándose en superficie el cuarteado existente en las esculturas polícromas con cierta antigüedad; esto hizo pensar en un primer momento que se trataba de una copia reciente (años 60/70 del pasado siglo) del Niño Jesús del Sagrario de la Catedral de Sevilla, tan profusamente copiado desde su ejecución por Martínez Montañés. Tras la intervención, y a falta de un estudio más pormenorizado, podemos pensar que este Niño puede datarse en la segunda mitad (finales) del siglo XIX.
Tras recabar información gráfica y documental del estado de conservación, se inició la intervención. Ésta podemos resumirla en los siguientes procesos:
– Limpieza superficial con brocha suave y fijación puntual del estrato polícromo, mediante cola animal y presión y calor controlados.
– Pruebas de limpieza, tras las cuales se realizó la retirada de la pátina artificial, y posteriormente del repinte que cubría toda la superficie. En algunas zonas el grosor era de cierta consistencia, mientras en otros se trataba de una veladura.
– Revisión de ensambles y fragmentos repuestos. Estos repintes, ocultaban estucos y pastas que nivelaban los ensambles de dedos repuestos en una intervención anterior. Así se identificaron como no originales el dedo índice de la mano izquierda, y los dedos índice y parte del dedo corazón de la derecha. Igualmente se retiraron estucos falsos sobre los ensambles de los brazos, si bien estos no mostraban desnivel. Por otro lado, se inyectó acetato de polivinilo en una fisura localizada en el pie derecho.
– Reintegración y enrasado de estucos a nivel de la superficie pictórica, si rebasar las lagunas.
– Reintegración cromática, mediante técnica inocua, reversible y discernible. Tras esto se protegió la superficie mediante un barniz satinado.
En la base de nubes, el procedimiento aplicado ha sido similar, si bien cabe señalar que se han retirado unos mechones de estuco que mostraban los querubines en la frente, así como otras pastas con las que se habían remodelado los labios. En este caso, la limpieza ha permitido recuperar el cromatismo del estofado en nube y alas, aflorando el esgrafiado del oro, y en las encarnaduras de los querubines, detalles como el color azul de los ojos de uno de ellos.
Finalmente se han modificado los pernos metálicos que se insertan en los pies del Niño forrándolos con una espiga de madera, para corregir la holgura que presentaba.
De este modo, al eliminar la holgura se han podido eliminar dos calzos de estuco colocados en la base de la peana que evitaban que el Niño basculara hacia atrás.
A modo de conclusión podemos decir que la Hermandad ha recuperado con esta intervención el estado primigenio de esta talla, la cual pasaba por ser una obra de menor categoría artística, que se ha devuelto gracias a la recuperación de su policromía.