El domingo, 6 de marzo, primero de Cuaresma, ha sido presentada y bendecida, a las 13:30 horas en la Capilla de los Marineros, una nueva túnica para nuestro Amantísimo Titular, el Santísimo Cristo de las Tres Caídas, donada por la familia Hernández Pérez-Solano y realizada, en soporte de terciopelo morado, en el taller del ecijano Jesús Rosado Borja.
La pieza textil, reconstrucción de una antigua túnica de principios del siglo XIX que poseía nuestra corporación, es resultado de un arduo y extenso proyecto de recuperación de su diseño original, realizado por N.H. Javier Sánchez de los Reyes.
La existencia de una antigua túnica “de los cuernos de la abundancia” se da a conocer con la publicación de una antigua fotografía, obra de Almela, de los primeros años noventa del S. XIX donde aparece el Santísimo Cristo de las Tres Caídas sobre un humilde Paso de estética neoclásica en los primerísimos años de la reorganización de la Hermandad y primera salida en la Madrugada del Viernes Santo (1889).
Se trata, por tanto, de una prenda histórica, pues componía el escaso patrimonio que llegó a la Iglesia Conventual junto con las Imágenes Titulares después del cierre de la Capilla de los Marineros en 1868; pudiéndose datar a principios del S. XIX, precisamente cuando la Hermandad estrena la capilla totalmente terminada. Se trata de una mezcla del estilo rocalla, propio del último tercio del S. XVIII con el neoclásico, propio de los últimos años de ese siglo y el primer tercio del XIX.
Así pues, podemos afirmar que la túnica fue realizada entre finales del S. XVIII o principios del XIX por un bordador o bordadora anónima, aunque parece razonable citar el nombre de la familia Bazo, con Antonia Bazo a la cabeza, autora de la que se van conociendo cada vez más datos y clasificando su estilo.
Las fuentes para la reconstrucción del dibujo fundamentales y básicas han sido las fotografías citadas, la de Amela tomada en el interior de San Jacinto y la tomada en la calle a la altura de la antigua Puerta de Triana, además de las otras también citadas y mostradas colocada a modo de ropón del Cirineo.
Se da la circunstancia de que con ellas se completa una vista frontal y una vista casi lateral, pudiéndose complementar el estudio de una con la de otra. No obstante, estas fotografías ofrecían muchas dificultades para la correcta lectura y comprensión del dibujo, al no tener demasiada nitidez y presentarse la prenda colocada sobre la Imagen y plegada y adaptada a ésta. Al ser poco material, el estudio se ha complementado con las fotografías de las prendas similares a la que nos ocupa, en especial la del Nazareno de Utrera, a través de un retablo cerámico que reproduce la túnica en un estado próximo al original.