Nuestra hermandad ha recibido en la mañana de hoy, domingo 18 de marzo, la donación, por parte de un hermano de nuestra corporación, de la pintura de la “Epifanía a los Reyes Magos”, obra de Luis Antonio de Morales datada en el siglo XVII.
La referida obra, que pasará a ocupar su lugar en la Capilla de los Marineros, ha sido entregada tras pasar por un proceso de intervención llevado a cabo por Isabel Rabadán del Saz y Juan Alberto Filter Peinado. Dichos trabajos conservativos y sus respectivas conclusiones se detallan a continuación:
PROCESO DE INTERVENCIÓN DE LA PINTURA “EPIFANÍA A LOS REYES MAGOS”
En el mes de enero de 2024 han concluido los trabajos de conservación y restauración de la pintura sobre lienzo denominada “Epifanía a los Reyes Magos”, obra donada a la Hermandad.
Estos trabajos, iniciados en octubre de 2023, han sido llevados a cabo por el equipo formado por Isabel Rabadán del Saz y Juan Alberto Filter Peinado.
DESCRIPCIÓN DE LA OBRA
La obra es una pintura sobre lienzo donde se representa la manifestación del Niño Jesús a los Magos de Oriente, que le traen oro, incienso y mirra como presentes.
La escena se dispone con un conjunto a la derecha, formado por la Virgen sosteniendo al Niño en su regazo y San José detrás de Ellos, enmarcados los tres por unos restos arquitectónicos, y un segundo grupo, que ocupa el centro y parte izquierda de la obra, donde observamos en primer término de pie a Gaspar, acompañado por un paje que sostiene el extremo de su capa, en un segundo plano, a nivel con el Niño y la Virgen, Melchor, arrodillado, y en un tercer plano, alineado con San José, Baltasar; por detrás de éste, se encuentran dos soldados con lanzas y asomando la cabeza por el lado izquierdo de Baltasar, un paje del mismo, también de piel negra.
En la parte izquierda, a media altura, tras la figura del paje de Gaspar, se vislumbra un paisaje por el que discurre una caravana conformada por el séquito de los Magos, y los camellos cargados.
La obra muestra una buena calidad técnica, si bien los personajes se muestran faltos de expresividad en sus rostros. El cromatismo y detalle de elementos, como los ropajes, se ven ensombrecidos y ocultos por una espesa capa de barniz alterado.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
El cuadro se encontraba en un estado aceptable respecto al soporte, pues tenemos constancia que fue reentelado en una intervención practicada por Francisco Maireles, probablemente hace unos treinta años.
En cuanto al estrato pictórico, presentaba repintes y reintegraciones; la zona baja del cuadro se había perdido casi en su totalidad, presentando un estuco que se extendía más allá de las perdidas, ocultando partes originales.
Para integrar los repintes se había aplicado un barniz teñido, con un color pardo, dando un tono oscuro a la obra y ocultando detalles que han aparecido tras la intervención.
INTERVENCIÓN REALIZADA
Los trabajos han consistido en una limpieza del reverso, y a continuación, tras realizar un test de disolvencia, en la eliminación de los barnices y repintes de la pintura, así como estucos que estuvieran ocultando zonas originales. Durante este proceso, han ido aflorando algunos elementos, como el pie izquierdo del paje de Gaspar, totalmente imperceptible antes, o el detalle del arco de ojiva sobre la cabeza de San José, que ha resultado ser una bóveda de crucería del interior de un templo en ruinas. Se ha recuperado pues el cromatismo y los detalles de la pintura, ocultos anteriormente.
Cabe destacar el basamento de columna que se dispone en el ángulo inferior derecho del cuadro, donde al retirar el barniz y los repintes, ha aparecido una firma que, si bien se encuentra algo gastada, es perfectamente legible. En ella se puede leer: “L. Antº. Ð Morales, pinxt,”.
Tras la eliminación del barniz, repintes y estucos invasivos, se procedió a la reintegración de la preparación en las zonas faltantes, enrasando las lagunas y sin invadir pintura original, y se reintegraron cromáticamente las pérdidas mediante técnica acuosa.
Por último, se barnizó la obra y se ajustaron las reintegraciones con pigmentos al barniz. Para su colocación en el marco, el cual se ha limpiado y reintegrado de estuco y oro las pequeñas pérdidas que presentaba, se han colocado unos topes internos para un correcto encaje en la “luz” del mismo, y se ha fijado la obra mediante ocho flejes metálicos.
ESTUDIO DEL AUTOR
Tras un primer trabajo de investigación llevado a cabo por el equipo de restauradores, se ha llegado a la conclusión que se trata de Luís Antonio de Morales, maestro pintor afincado en Écija y natural de esta localidad, suponemos, activo en la segunda mitad del siglo XVII.
Pocos documentos reflejan la actividad de Luís Antonio de Morales. Consultando la publicación “Écija Artística: colección documental. Siglos XVI y XVII”, realizada por los historiadores Germán García León y Marina Martín Ojeda, editada por la Universidad de Sevilla y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, encontramos el siguiente dato referente a un retablo realizado para la iglesia de San Juan de Écija: “Durante la visita pastoral de 1672 se dejó constancia del grave deterioro que sufría la techumbre de la capilla mayor de la iglesia. “La capilla mayor de esta yglesia padese un defecto grande porque a nasido ensima della una higuera, la qual le á hecho mucho daño y, aunque por dos veces an descarnado por la parte de arriba, y sacado las raíçes y cortadola, siempre repolla, con que se viene a calar con el agua toda la capilla, de modo que casi no se puede desir misa en ynvierno y no tiene más remedio que desaserse la mayor parte de arriba”.
Con este motivo en 1675 se construyó una nueva bóveda para el crucero y se efectuaron diversas reparaciones. Al mismo tiempo se encargó al carpintero Luis de Espada un nuevo retablo mayor, cuyas pinturas corrieron a cargo de Luis Antonio de Morales, maestro pintor. El retablo se componía de diez pinturas, entre las que destacaban el Ecce Homo y la escena del Descendimiento.
Por otro lado, Antonio Martín Pradas e Inmaculada Carrasco Gómez, en la publicación “Pintores, doradores, estofadores durante los siglos XVII al XIX en la parroquia de Santa María de la Asunción” dentro de las Actas de las XIII Jornadas de Protección del Patrimonio Histórico de Écija, 2016, recogen las citas en los libros de cuentas de fábrica y mayordomía de la citada parroquia en los siglos referidos. Así, en orden alfabético, al llegar a Morales, se lee:
MORALES, Luis Antonio de, (llamado también Luis de Morales), Maestro pintor. 13-4-1681 Pintor de las columnas de la iglesia
Por último, Enrique Valdivieso, en la “Guía artística de Sevilla y su provincia” lo nombra como autor de un cuadro del Calvario, perteneciente a la iglesia de Santiago, el cual dice estar firmado por Luís Antonio de Morales.
A día de hoy, el equipo de intervención de esta restauración ha localizado tres obras del pintor: por un lado, las del retablo lateral de la iglesia de San Juan Bautista de Écija, con el “Descendimiento” en el cuerpo central y el “Ecce Homo” en el ático; por otro, la pintura del “Calvario con un donante” ubicada en la capilla del Sagrario de la iglesia de Santiago, también en Écija.
Estos datos, llevan a la conclusión de estar ante un pintor ecijano, activo en la segunda mitad del siglo XVII, del que se conoce muy poca obra pictórica, y que recurría a otros encargos menores (decoraciones murales, pintado de cirio pascual…) para asegurarse, una solvencia económica mínima.
Desconocemos la procedencia de la obra que aquí nos ocupa, si bien imaginamos que debió ser para algún templo astigitano; quizás incluso para la propia iglesia de San Juan, para la que el pintor realizó las diez pinturas del retablo principal. Descartamos a priori que ésta pudiera formar parte del mencionado retablo, hoy día desaparecido, puesto que gracias a los datos aportados por Germán García León sabemos que en la documentación consultada por él se especifica que las diez pinturas del retablo debían versar sobre pasajes de la vida de Juan el Bautista.
Se aporta con el descubrimiento la autoría de la obra restaurada, una pieza más que añadir a la colección pictórica de la hermandad, para ser disfrutada en la Capilla de los Marineros por todos sus hermanos y devotos.
