La hermandad, con objeto de seguir conservando su patrimonio, ha procedido a restaurar la Inmaculada de la calle central del paso de Nuestra Señora de la Esperanza, cuyo diseño y ejecución son obra de Juan Fernández Gómez en 1947.
De plata de ley cincelada y repujada y con carnaciones de marfil, se estrenó en la Madrugada del Viernes Santo de 1947, siendo entronizada en la entrecalle de la candelería.
Inspirada en la que tallara Juan Martínez Montañés para la Catedral de Sevilla, apodada “la cieguecita”, la sostiene una nube con cabezas de ángeles alados del mismo material sobre una peana octogonal con cuatro cartelas con las siguientes inscripciones: «TOTA PULCHRA / EST MARIA / ET MACULA / NON EST IN TE/».
En la base de la peana de plata existe otra inscripción con la fecha de su ejecución y el donante de la pieza.
La intervención, realizada por la imaginera, N.H. Lourdes Hernández Peña, ha consisitido en la retirada de suciedad en las partes talladas en marfil de la obra, mediante un medio jabonoso neutro y pincel, para luego fijar las partes dañadas y desensambladas con resina incolora y polvo de marfil, creando una masilla de la misma tonalidad.
Por último se han repuesto partes del cabello perdidas de la imagen, tallándolas en marfil pulido y bruñido, imitando la tonalidad del existente.